Carrefoutr, el segundo retailer mas grande del mundo, tendría que desembolsar 3.000 millones de euros (3.700 millones de dólares) para financiar un plan que reactive sus tiendas en Europa, pero debido a la complicada coyuntura económica de la región y finanzas apretadas, dejan al nuevo jefe, George Plassat, de cara a elecciones difíciles.
En junio salieron de Grecia y es probable que Carrefour levante sus negocios de más países no estratégicos como Turquía, Indonesia y Polonia para liberar dinero.
Este tipo de iniciativas puede llevar tiempo, por eso el presidente ejecutivo George Plassat podría estar analizando soluciones alternativas para financiar un cambio de dirección, entre ellas una salida a bolsa parcial de sus negocios en mercados emergentes, en particular la redituable operación en América Latina.
Como se recuerda Plassat asumió en mayo la dirección del grupo francés con el objetivo de revertir años de pobres rendimientos en los mercados europeos. El 30 de agosto daría los detalles de su plan de recuperación, cuando el minorista francés reporte los resultados del primer semestre de este año.
Plassat ha dicho que necesita tres años para revertir la situación de Carrefour, cuyos retos incluyen recuperar una caída en el mercado francés -donde tiene el 43 por ciento de sus ventas-, reducir la deuda y capear el complicado clima económico en Italia y España.
La llegada de Plassat aumentó las esperanzas de supervivencia para el formato hipermercado de Carrefour, que se ha visto golpeado por las compras en tiendas especializadas y en internet.
Desde el 12 de julio, cuando Carrefour desafió temores a otra advertencia sobre ganancias al decir que estaba cómodo con el consenso de mercado para sus utilidades operativas del 2012, su acción han subido un 26 por ciento luego de 18 meses de bajas, frente a un avance del 9,5 por ciento en el sector minorista europeo.
Carrefour gastó mucho dinero el año pasado, con un aumento del 27 por ciento en inversión de capital y una caída del 19 por ciento en ingresos. El flujo de efectivo disponible se hundió a 77 millones de euros desde 839 millones en el 2010, dejando a la empresa con una deuda de unos 7.000 millones de euros a fin de año.
Para preservar el efectivo, Carrefour redujo a la mitad sus dividendos y su ex presidente ejecutivo Lars Olofsson suspendió su proyecto Planet, una costosa reforma de los hipermercados europeos.
Eso redujo la inversión de capital a entre 1.600 y 1.700 millones de euros para este año, o un 2 por ciento de ventas, un nivel que para los analistas apenas cubre el costo de mantenimiento de las tiendas existentes.
En los últimos años, Carrefour ha abandonado varios países, entre ellos Japón, México, Rusia y Tailandia.
Plassat dejó en claro que la empresa se quedará en Brasil y China. Pero analistas esperan que Carrefour se desprenda de negocios en Indonesia, Turquía, Polonia, Rumania, Malasia, Taiwán y Singapur, lo que le generaría un ingreso de entre 1.000 y 3.000 millones de euros.
Como desprenderse de estos negocios podría llevar algún tiempo, Carrefour podría buscar otras alternativas.
El accionista Knight Vinke, dueño de una participación del 1,5 por ciento de la compañía, sugirió en junio sacar a bolsa las operaciones internacionales de Carrefour para obtener fondos.
Los mercados latinoamericanos pueden ser particularmente atractivos. Los analistas de UBS proyectan un crecimiento promedio del 9 por ciento en ventas y del 12,5 por ciento en utilidades operativas entre 2012 y 2015.
Brasil, donde Carrefour es el segundo de un sector minorista que muestra gran dinamismo, sería un buen candidato para cotizar en bolsa.
“Carrefour podría vender activos no estratégicos o de bajo desempeño por más de 1.300 millones de euros, mientras que la flotación en bolsa de un 25 por ciento de Carrefour Brasil podría permitir al grupo obtener 1.200 millones de euros”, dijeron en una nota analistas de Barclays.