El escándalo financiero por el que atraviesa ha hecho que la minorista chilena La Polar pierda el 30% de su valor, se quede sin presidente, sin utilidades y expuesta a una millonaria demanda por parte de miles de estafados.
La Polar, ‘retail’ especializado en atender a segmentos de bajos recursos de Chile y Colombia –se habló incluso de que ingresaría al Perú–, fue acusada por el Servicio Nacional del Consumidor (equivalente al Indecopi) de aplicar una política crediticia que incluía deudas que no se pagaban nunca, refinanciaciones poco claras, tasas de interés muy altas y muchas otras prácticas abusivas.
“Lo que pareció un gesto loable fue una horrible jugada económica. La Polar confesó que un enorme porcentaje de sus ganancias se basaba en créditos abusivos que iba a tener que cortar. Es decir, habría menos utilidades”, explica el economista chileno Diego Rojas Hell en su bitácora El Observatodo.
La empresa reconoció que reprogramaba las deudas de sus clientes sin su consentimiento y que había decidido reestructurar su área de créditos, todo lo cual hizo que las acciones de la empresa se desplomaran.
Asimismo, como La Polar estaba entre las 17 acciones preferidas de la bolsa de Santiago, las AFP poseían 24% de la compañía, con lo cual el dinero para la jubilación de todos los chilenos terminó afectado.
El nuevo presidente de La Polar, Heriberto Urzúa, toma una empresa en rojo (Santander GBM estima ahora que perderá este año US$200 millones), demandas de las AFP y de los consumidores, y sobre todo con una imagen terriblemente dañada.