Por años el referente para apuntar a un determinado público objetivo estuvo marcado por los niveles socioeconómicos, hoy la base para conocer al cliente al que se apunta es el estilo de vida.
Así lo revela el estudio realizado por Arellano Marketing sobre centros comerciales sobre perfil del cliente, que, en base a ciertas características, lo divide en grupos.
Otro punto que destaca dicho estudio es el potencial de Lima Este (Ate, Lurigancho, Santa Anita, y otros) para nuevos malls, así como la oportunidad de captar al público que labora en Lima Centro (Miraflores, Surco, San Isidro, Surco, entre otros).
Y es que una de cada cuatro personas que no viven en Lima Centro trabajan en esta zona lo que abre la posibilidad de captar a ese público entre la ruta del trabajo al hogar.
El estudio de Arellano Marketing identifica también al cliente de centros comerciales como más joven que el promedio de la población, con mayor afluencia de mujeres de estilo de vida moderno y hombres formales, con mayor poder adquisitivo en ambos casos.
Según refiere el análisis, un “mall” debería tener, por lo menos, del 75% a 80% de su público conformado por el mercado primario, es decir, zonas aledañas, y el restante migrante.
Un ejemplo de la afluencia de público es justamente el MegaPlaza, donde su cliente debería ser residente de Lima Norte y si bien lo conforma el 74%, un 10% lo aporta Lima Centro y otro 10% Callao.
Lo mismo ocurre con el Jockey Plaza, donde sus clientes por residencia aportan el 49%, pero Lima Este le brinda un 26% y Lima Norte un 12%, reveló el estudio.
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Asimismo, para seguir siendo relevantes los malls deben ofrecer una experiencia única y en respuesta se están reposicionando a sí mismos como centros comunitarios, centros de estilo de vida o amplios y ostentosos complejos orientados al entretenimiento.
Los locales de alimentos y bebidas, así como de entretenimiento y otras ofertas de experiencia van camino a convertirse en impulsores aún más importantes de visitas e ingresos para los centros comerciales en la medida en que ofrecen experiencias que los consumidores no pueden replicar en línea.
Además, hoy en día el centro comercial reemplaza la calle principal o la plaza en áreas con alta población de inmigrantes que desean un lugar donde reunirse.
Los centros comerciales se convierten así en parte esencial de la comunidad local. Estos deberán proporcionar todo lo que las personas necesitan en un solo lugar, incluyendo alimentos, atención médica y servicios financieros, además de oportunidades para socializar.
Ante ese escenario, la Asociación de Centros Comerciales y de Entretenimiento del Perú (Accep) ha proyectado que los centros comerciales facturarán alrededor de US$ 8.200 millones al cierre del año, publicó en su portal la agencia peruana de noticias Andina.
Asimismo, el gremio de centros comerciales estimó que la inversión alcanzará los 424 millones de dólares, lo cual significaría un crecimiento del 10% en comparación del año pasado donde la cifra fue menor debido a la desaceleración del consumo y la economía.