El Banco Central de Brasil ordenó la liquidación de la unidad local del Banco Azteca SA, del multimillonario mexicano Ricardo Salinas Pliego.
Los motivos, argumentó el organismo brasileño, son una complicada situación financiera de la entidad, presunta violación a las normas locales y exposición a algunos de sus clientes a riesgos anormales, de acuerdo con el propio banco central.
Banco Azteca de Brasil tenía autorización para realizar operaciones de banca comercial y de crédito y de inversiones.
Explicó que alrededor del 68 por ciento de todos los depósitos de Banco Azteca de Brasil estaban garantizados por el Fondo de Garantía de Crédito (FGC) y aseguró que está tomando las medidas para establecer las responsabilidades.
Y es que en los últimos años, el gasto de los consumidores en la región alguna vez en auge comenzó a perder impulso, perjudicando tanto a Elektra como a Banco Azteca.
La compañía informó que en los primeros nueve meses de 2015, los ingresos de dicha subsidiaria representaron aproximadamente el 0.3 por ciento de los ingresos consolidados de Grupo Elektra.
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Por su parte, Grupo Elektra matizó en un comunicado enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que ya avanza en el cierre de operaciones de su filial en Brasil, y aludió que desde el pasado 8 de mayo informó sobre el inicio de este proceso.
“Para finiquitar dicho cierre, el Banco Central de Brasil inició el proceso de liquidación extrajudicial”, enfatizó.
Salinas Pliego, cuya fortuna está estimada por la revista Forbes en unos 4.500 millones de dólares, abrió la unidad local de Azteca en la ciudad de Recife en 2008 como parte de un esfuerzo más amplio de expandir su cadena Elektra en el norte de Brasil. El gasto del consumidor de la región ha caído en los últimos años, impactando en los negocios del magnate mexicano.
Grupo Elektra, que forma parte de Grupo Salinas, durante siete años fue parte del mercado del noreste de Brasil y en mayo del año pasado anunció su salida.
La decisión llega en momentos en que el Banco Central de la mayor economía de Latinoamérica está ajustando el control sobre las firmas bancarias y de correduría, en medio de la peor crisis industrial local en casi dos décadas.
Los bancos de Brasil están luchando para capear la recesión más profunda de la nación en por lo menos un cuarto de siglo, ante crecientes costos de endeudamiento y un escándalo de corrupción en compañías estatales que generó una ola de renegociación de préstamos y cesaciones de pago.