La casa de moda alemana, Hugo Boss, emprendió una nueva etapa y decidió reorientar su posicionamiento, abandonado el segmento del lujo, pues el objetivo de la compañía es volver a sus orígenes y posicionarse como una marca masculina de gama premium.
“Los intentos de abrirnos camino en el mercado del lujo no demostraron ser muy útiles para nuestro negocio”, aseguró Mark Langer, CEO de Hugo Boss, desde mayo de este año, tres meses después de la salida de Clauss Lahrs, quien abandonó el grupo debido al descenso de la facturación en importantes mercados.
Como se sabe, Hugo Boss continúa luchando por volver a la senda del crecimiento. La compañía ha cerrado los seis primeros meses de su ejercicio fiscal de este año con un descenso tanto de las ventas como de su resultado neto, y ha anunciado nuevas medidas.
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Además, las ventas también se mantuvieron a la baja, influenciadas por la contracción del negocio de la marca en América. La cifra de negocio de Hugo Boss se redujo un 4 % en el primer semestre, hasta 1,264 millones de euros.
Tras la llegada del nuevo consejero delegado, Hugo Boss anunció el cierre de veinte tiendas, que se sumaron a la anunciada reestructuración de su parque comercial en el mercado chino. El grupo estimó que esta decisión tendrá un impacto positivo en el beneficio a partir de 2017.
“Para volver a crecer de manera rentable a medio plazo, hemos tomado decisiones dolorosas”, aseguró Mark Langer, el pasado mayo cuando fue ascendido de director financiero a consejero delegado en reemplazo de Claus Lahrs.
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