Hasta hace algunas semanas las elecciones presidenciales no generaban preocupación en el sector empresarial. Sin embargo, los resultados más recientes de las encuestas de intención de voto han producido nerviosismo en los mercados financieros. Esto afectó el comportamiento de variables como el riesgo país, los seguros en caso de impago de la deuda pública peruana, el tipo de cambio y la BVL. En el corto plazo es probable que la volatilidad en estas variables continúe. Sin embargo, la medida en que el nerviosismo electoral afectará el crecimiento económico en el segundo trimestre del año es difícil de anticipar, señala APOYO Consultoría en su informe SAE de hoy.
Por un lado, el impulso de crecimiento que trae la economía peruana es cercano al 9%. Por otro, en eventos anteriores de incertidumbre electoral o nerviosismo frente a crisis no anticipadas como la crisis internacional se observó que la inversión privada -el principal motor del crecimiento económico actual- puede cambiar su dinámica en un lapso relativamente corto.
Semanas atrás, los resultados de las elecciones presidenciales no parecían generar preocupación en el sector empresarial. Así, en enero cerca de 60% de los clientes asistentes al SAE calificó a las elecciones como el tema que menos les preocupaba, ubicándolo por debajo de los conflictos sociales, la economía mundial y la inflación. Además, hasta la semana pasada variables financieras como el riesgo país y el tipo de cambio permanecieron relativamente estables, incluso a pesar de eventos como los conflictos en Medio Oriente y África del Norte y el terremoto en Japón. No obstante, los resultados más recientes de las encuestas de intención de voto presidencial han generado nerviosismo, lo que se reflejó en el comportamiento de algunas variables financieras del mercado peruano.
Así, por ejemplo, el riesgo país y el costo de contratos que protegen a los inversionistas ante un posible impago de la deuda pública peruana (Credit Default Swaps o CDS) aumentaron en magnitudes similares a las vistas durante la crisis de 2008-2009. De la misma manera, el nuevo sol frenó su tendencia apreciatoria y el tipo de cambio sol-dólar pasó de S/.2.78 el lunes pasado a S/.2.81 el día de ayer, mientras que el resto de monedas de Latinoamérica se mantuvo estable en ese mismo lapso. Este fue el mayor incremento diario del tipo de cambio de los últimos 21 meses. Por último, la semana siguiente a la publicación de las encuestas que daban un margen apretado entre los cinco primeros candidatos, la BVL acumuló ganancias por 9%. Ese comportamiento se revirtió ayer, con una caída de 5.2%, superior incluso a las observadas en los peores momentos de la crisis financiera internacional, en contraste con el resto de bolsas de la región que se mantuvieron estables.
En un contexto en el que la economía peruana cierra el primer trimestre con un impulso de crecimiento cercano al 9%, aún es pronto para anticipar si este nerviosismo en los mercados financieros se trasladará a la actividad económica y si tendrá algún impacto en variables reales como las decisiones de inversión del sector empresarial. No obstante, no debemos perder de vista que en episodios anteriores de incertidumbre electoral o nerviosismo la inversión privada cambió su comportamiento rápidamente.