Nike ha cerrado el primer semestre del ejercicio (periodo concluido el pasado 30 de noviembre) con un descenso del 15% en su beneficio neto, US$ hasta 951 millones. La compañía ha explicado que el resultado se debe a una reducción progresiva de sus márgenes, así como por la complicada situación macroeconómica actual.
Esta cifra negativa se suma a la registrada por Nike en el primer trimestre, cuando su beneficio cayó un 12%, y a la del segundo trimestre, periodo en el que su resultado neto de la compañía retrocedió un 18%.
La facturación del grupo en el periodo se incrementó un 9%, hasta US$ 12.429 millones. En el primer semestre del ejercicio precedente, Nike alcanzó una cifra de negocio de US$ 11.439 millones.
El grupo se encuentra en pleno proceso de inversión en países como Argentina, en el que desembolsará 7 millones de euros para aumentar su capacidad productiva y China. El país asiático fue el primero mercado en el que Nike quiso integrar la distribución de su marca Converse. Tras China llegaron Reino Unido y España.
No obstante, Nike también está desinvirtiendo. La compañía ha vendido Cole Haan al fondo de inversión Apax Partners por 447 millones de euros y Umbro al grupo estadounidense Iconix por 172 millones de euros. La venta de ambas marcas tiene como objetivo centrar más la estrategia y los recursos financieros en el resto de enseñas del grupo, entre las que se encuentran Hurley, Jordan y Converse.