El sistema, basado en un modelo de autoatención, que considera concentrar el área de pago en un área específica de las salas, redunda en una menor necesidad de personal de ventas en las secciones “blandas” del local, como ropa de hombre, mujer, infantil, deporte, deco textil y belleza -excluyendo perfumería-.
La firma presidida por César Barros no es la única que está replicando este modelo, que llegó a Chile de la mano de H&M o Forever 21, sino que también lo hicieron, a modo de piloto, otros operadores, como Ripley y Paris en sus locales del mall Costanera Center.
“No sólo hemos escuchado de esta implementación si no que tenemos varias tiendas afiliadas a nuestra federación que ya están implementándolas”, explicó el presidente de la Federación de Trabajadores de Falabella Chile, Carlos Maldonado.
Conocedores del tema comentan que tras las pruebas la cadena ligada a la familia Calderón estaría evaluando en los próximos meses extender esta estructura a tiendas de la capital y regiones.
El presidente del sindicato de Ripley, explicó que hace unos años la cadena trató de implementar esta forma de venta en sus tiendas nuevas, pero al no tener resultados la desechó.
Sin embargo, existe una gran preocupación entre los trabajadores de los grandes retailers por los impactos asociados al nuevo modelo de ventas que, a fines de julio, La Polar implementó en una de sus tiendas y que según estimaciones sindicales podría implicar una reducción de hasta un 30% la dotación de estas empresas.
Consecuencias
El presidente del sindicato de La Polar, Iván Campos, comentó que la autoatención trae cambios contractuales como ajuste de comisiones y reducción de jornadas.
Según sus cálculos, lo primero se traduciría en una baja salarial de entre 30% y 40%, estimación que comparten en la Confederación Nacional de Sindicatos y Federaciones de Trabajadores del Comercio.
La experiencia con este sistema indica, dicen a nivel sindical, que promueve la rotación laboral, ya que ante estas condiciones los trabajadores optan por renunciar.
En el caso de La Polar, a los empleados que no adhieran al sistema en las próximas tiendas donde lo habiliten se les ofrecerá el traslado a salas donde éste no se aplique. De todas formas esto implicaría que hacia fines de agosto se desvincularía a unas 40 personas.