El máximo responsable ejecutivo, Howard Schultz, explica que su empresa no tiene interés en la integración vertical. Starbucks compra anualmente más de quinientos millones de libras de granos “verdes” (sin tostar) –3% de la provisión mundial– a más de 300,000 productores.
Un hongo conocido como roya ha contribuido a reducir 35% la producción de arábica en Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador y otros países latinoamericanos en las dos últimas cosechas, por lo que se espera una disminución mayor para este año.
En razón de los costos más altos y los precios mundiales del café en baja, la supervivencia de la multitud de pequeños productores con lotes de 3 a 5 acres se ha vuelto frágil. Los precios inmobiliarios, empujados por el crecimiento urbano, están tentando a algunos a vender su tierra.
La finca Alsacia es mucho más grande que el 90% de las fincas costarricenses. Con ingresos anuales por US$ 14,900 millones, Starbucks podría invertir pilas de efectivo en la finca.
Existen decenas de otras especies de café, pero a lo largo de las décadas, arábica y robusta resultaron las preferidas de tostadores y consumidores. Starbucks compra únicamente arábica.
El máximo responsable ejecutivo, Howard Schultz, reconoce que los problemas del grano constituyen una amenaza para su negocio, aunque es optimista en cuanto a las posibilidades de arábica, dice. Le preocupa más mantener una base diversificada y financieramente saludable de proveedores.
Granos en América Latina para Starbucks
En América Latina se cultivan tres cuartas partes de la producción mundial de arábica. Parte del abastecimiento de Starbucks viene de Brasil, pero son los granos especializados de los diversos microclimas de América Central los que producen las mezclas por las cuales los clientes de Starbucks pagan alegremente US$ 4 y más.
Gracias a las abundantes cosechas de Brasil y a las reservas mundiales en alza, los precios de arábica se desplomaron desde US$ 3 en 2011 hasta US$ 1.40 la libra.
El productor costarricense medio –que tiene prohibido por ley sembrar robusta– vende menos granos de arábica a precios más bajos, gastando más que nunca en fungicidas para matar la roya de la hoja. Starbucks, McDonald’s, Dunkin’ Donuts y otras cadenas venden en su mayor parte una mezcla de arábica.