Con el paso del tiempo, y con más frecuencia, se hace evidente el impacto que tienen los costos de alquiler y los gastos generales, para las empresas que se ubican dentro de un mall.
Es por ese motivo, que diversas marcas han optado por salir de los mismos, ante la inviabilidad económica que representa el pagar un alquiler mensual.
Los malls cobran una tasa de comisión que varía entre el 8% y 8.5% de la venta, con un costo mínimo por metro cuadrado. Esto quiere decir que se cobra el mayor valor entre el monto mínimo y el porcentaje de las ventas.
Además, también existe un 1.5% de fondo de promoción, la comisión de la tarjeta de crédito, el costo de las comisiones de venta al personal, el costo de la planilla, y otros gastos generales como son los servicios comunes, seguridad, entre otros.
“El “solo trabajamos para pagar el alquiler” se hace cada vez más frecuente. Es de suma importancia entender a lo que están obligadas las diversas empresas y marcas al momento de subscribir un contrato de alquiler con un mall y cómo estos costos impactan en los resultados del negocio”, refiere Fernando Salazar Barbagelata, profesor del Diploma Internacional en Marketing de ESAN.
Además, el experto en áreas de negocios en empresas de consumo masivo, refiere que en condiciones normales tendríamos que, entre un 20% y 22% de la venta, se invierte en los costos de alquiler y operación de la tienda y, con un margen estimado de 35% – 40% en el negocio, sobrarían entre 15% y 18% para cubrir los gastos de la oficina central y dejar un lucro para la empresa.
LEE TAMBIÉN: ¿Cómo es el shopper peruano en el sector retail?
“Los problemas comienzan cuando no se llega a la venta que le permita a las empresas superar esa renta mínima por metro cuadrado. Allí la renta mínima ocupa un porcentaje muy alto sobre la venta, lo que acaba por originar un negocio inviable”, afirma Salazar.
Dentro de este contexto, es importante definir claramente los márgenes comerciales del retail y la fuerza promocional que impulsa las ventas, lo cual será clave para que las operaciones queden en azul.
Ambos no son los únicos caminos que debemos seguir, ya que hay que ser cautos en los costos de operación y medir la preferencia que tiene la marca que representamos, también será clave en la ecuación final.
Por lo tanto, debemos ser muy cautos al momento de pensar en abrir un nuevo punto de venta en un mall, que dicho sea de paso están en todo su derecho de tener un modelo económico establecido. Hay que tener en cuenta que ellos hacen las inversiones para construir los establecimientos y son los que convocan al público a través de diversos canales de comunicación.
“No hay que olvidar que estar presentes en los malls nos da la oportunidad de aprovechar el tráfico de público que estos generan, así como también nos expone frente a nuestros competidores haciendo más simple el proceso de selección de compra por parte del cliente”, señaló Fernando Salazar al portal de ESAN.
La pregunta que deben hacerse todos los empresarios ante este contexto es, ¿no será más conveniente pensar en recuperar el modelo de negocio con puerta a la calle?, ello nos permitiría bajar los costos de alquiler sobre el volumen de ventas de manera considerable, y nos dejaría recursos para invertir en la generación de tráfico de público a nuestras tiendas.