Hoy en día los consumidores de provincia exigen a las empresas que les den el mismo mix de productos que ofertan en Lima. Cabe recordar que esta situación es similar a la que se presentó hasta hace unos años en las periferias de la capital.
Desafortunadamente, no todas las empresas están sintonizadas con estos requerimientos y cambios en los hábitos de consumo de los peruanos. En esa línea, Rolando Arellano, presidente de Arellano Marketing, menciona que también las compañías están pasando por un proceso de aprendizaje, pero este conocimiento se basa en la ‘prueba y error’.
El especialista señala que aún muchas empresas siguen trabajando en base a prejuicios. Uno de los más comunes es pensar que los consumidores de zonas humildes o populares deben recibir un tratamiento ‘de pobres’. Es así como algunas compañías de tickets altos no optan por ingresar a algunas plazas o lo hacen con formatos económicos.
“Muchas veces son en estas zonas donde realizan sus mayores ventas. Tal es el caso de Adidas, cuya tienda en el Megaplaza de Independencia es la que más vende”, agrega Arellano.
Otro error común de algunas firmas del sector retail es que no se percatan de que el proceso de sofisticación de las provincias es más rápido, lo cual les resta competitividad.
Este proceso de aprendizaje que se ha alcanzado en Lima también se está registrando al interior del Perú, pero –según los especialistas– este se está dando a un paso más rápido, indica el diario El Comercio.
Gracias a sus viajes a la capital y a zonas donde el retail tiene una fuerte penetración, los consumidores de provincia han tenido contacto con el canal moderno y han conocido sus reglas de juego antes de que estas tiendas lleguen a sus ciudades, cosa que no ocurrió con los habitantes de Lima.
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Además, el consumidor peruano no solo sabe a qué canal de venta acudir para adquirir determinados artículos y se orienta a productos con mayor valor agregado, sino que ahora –además– planifica sus compras con anticipación y compara marcas.
Este es un proceso de aprendizaje que recién estamos comenzando los peruanos en el cual está influyendo la mayor diversidad de marcas que existen en el sector retail peruano.
“En algunas categorías vemos esta planificación [como en la compra de alimentos y ropa], mientras que en otras seguimos viendo la impulsividad [como en salidas a comer]”, remarcó Rolando Arellano.
Por su parte, CCR reveló que los gastos varían dependiendo de la edad. Así, los ingresos de los limeños de 18 a 25 años se dirigen principalmente a educación y vestimenta. En tanto, los de 26 a 55 años gastan en alimentación y servicios.
Tomando en cuenta que en el futuro tendremos a un peruano más exigente y planificado en sus compras, será interesante ver cómo las empresas del sector retail peruano se ajustan a este nuevo perfil y qué estrategias van a idear para enganchar a un consumidor en un mercado más agresivo.