El sector de los restaurantes de Estados Unidos se ha visto sumido en gran parte en una crisis alejando a los consumidores.
Algunos lo han achacado a la negatividad en torno a las elecciones, y ahora a la incertidumbre sobre las políticas previstas por el presidente electo en cuestiones como la inmigración y el salario mínimo.
Por otro lado, las mercancías más baratas en los supermercados debido a la deflación de la comida también están incitando a los estadounidenses a ahorrar dinero cocinando en casa.
Por ese motivo, la industria de los restaurantes está perdiendo impulso debido a lo que llaman la “recesión de los restaurantes”, para explicar el descenso de clientes en los locales físicos.
LEE TAMBIÉN: “Los consumidores buscan soluciones de comidas convenientes”
Por otra parte, los clientes cuando piden comida rápida a domicilio, valoran tanto la rapidez del servicio como la calidad de la comida.
Hoy en día, la gente es más selectiva respecto a cuándo cena fuera y sólo sale de su casa si va a vivir una experiencia que valga el esfuerzo, algo parecido a la actitud de los consumidores frente a una visita a un centro comercial.
“Para satisfacer estos cambiantes hábitos, los restaurantes tienen que estar donde estén los clientes”, explica Patrick Doyle, presidente ejecutivo de Domino’s Pizza, a la sección de consumo de Bloomberg.
Además, los consumidores anhelan que desde la elección de las tiendas en la que compran hasta la compra de los alimentos que comen sean rápidas y prácticas.
De hecho, la tecnología determinará cada vez más quiénes serán los ganadores y quiénes los perdedores entre los restaurantes norteamericanos.