El alto costo de los combustibles viene afectando significativamente los ingresos de los consumidores británicos, lo que ha traído como consecuencia una fuerte caída de las ventas minoristas en el Reino Unido.
Según la agencia internacional de noticias Reuters, la caída de las ventas de los retailers británicos han sufrido la mayor caída desde el 2010. Otro factor que golpea al sector retail del Reino Unido es la inflación que está comenzando a acelerar su ritmo como consecuencia de la caída de la libra esterlina después de la votación de junio en la que se decidió la salida de la Unión Europea.
De acuerdo a la opinión de algunos economistas, en los próximos meses se espera que se erosione la demanda de los consumidores, considerada el principal motor del crecimiento económico británico.
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Los volúmenes de ventas considerando solamente febrero superaron las expectativas de analistas de acuerdo a una encuesta de Reuters, con un alza de 1,4% frente a enero, pero el avance no alcanzó a compensar la débil demanda de los meses previos, precisó la Oficina Nacional de Estadísticas.
En los tres meses a febrero, los volúmenes de ventas bajaron un 1,4% después de un retroceso de un 0,5% en el trimestre móvil terminado en enero, anotando la mayor caída desde marzo del 2010.
“La tendencia subyacente sugiere que el aumento en los precios del petróleo tuvo un efecto negativo en el monto general de los bienes adquiridos durante los últimos tres meses”, dijo la funcionaria de la oficina de estadísticas Kate Davies.
El panorama del gasto del consumidor es clave para la evaluación que las autoridades hacen de la economía británica, especialmente tras la decisión de salir de la Unión Europea.
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