Según un informe realizado por Consumers International, los consumidores terminarán “inevitablemente” perjudicados por los “abusos” de poder de compra que practican las cadenas de supermercados sobre los proveedores, “algo que se viene haciendo de manera difundida y habitual”.
El estudio de la organización asegura que el poder de compra permite que los supermercados “controlen” a sus proveedores “de una forma que no sería posible si existiese un equilibrio razonable entre la capacidad negociadora entre ellos”.
La asociación resalta que este “desequilibrio” se muestra “con particular agudeza” en los productos agrícolas, “donde la fragmentación del segmento que oferta fortalece la capacidad negociadora de los supermercados”.
Así, se originan prácticas de compra “abusivas” de naturaleza financiera que, según el informe, generan incertidumbre entre los proveedores. Los principales abusos que ha detectado Consumers International son cobrar tarifas por aparecer en las listas de proveedores, sacarles de la lista o amenazarles con ello cuando se niegan a reducir sus precios, cobrar tarifas por el acceso a espacio en las estanterías o pagos tardíos de productos ya entregados y vendidos, entre otros.
Por otra parte, el estudio advierte de que los supermercados han llegado a desarrollar sus propias marcas “gracias a que cada vez han adquirido más reputación y poder comercial”. Para la organización internacional de consumidores esto significa que los productos de marca son reemplazados en las estanterías cada vez más por las marcas propias.
“El poder de las marcas convierte a los supermercados en serios rivales de los proveedores de productos de marca, lo que amplía los abusos de poder de compra”, denuncia el estudio, que a la vez resalta que esto puede afectar “de manera adversa” a la variedad disponible para los consumidores.
Por su parte, Ileana Izverniceanu, miembro de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en España, ha señalado que estas preocupaciones coinciden con los últimos estudios llevados a cabo por la asociación en supermercados, “que han detectado que existe una concentración cada vez mayor en el mercado minorista, lo que ha producido un descenso de las marcas disponibles para los consumidores en un determinado número de productos, sobre todo en marcas intermedias”.
“Si esta tendencia continúa, la capacidad de elección de los usuarios y la innovación se verán limitadas”, ha apuntado Izverniceanu.