En un movimiento potencialmente mal aconsejado, Amazon lanzó el pasado 10 de diciembre una promoción con la que ofrecía un descuento del 5%, hasta 5 dólares, en tres artículos. Para ello, sólo tenían que utilizar una aplicación de geolocalización, la Price Check app, en sus teléfonos con la que debían comprobar el precio de los productos en una tienda física.
Esta acción ofrecía a Amazon datos de comparación de precios gratis, ya que convertía a los clientes en espías para la propia empresa; una técnica brillante, ya que los clientes hacen el trabajo sucio, y sin cobrar un céntimo. Además, Amazon incentivaba a los clientes para que utilizaran su nuevo producto, que en este caso es la aplicación.
Esta promoción tuvo muchas críticas pero el error de Amazon no ha sido la aplicación para comparar precios, sino los descuentos promocionales y la publicidad que ha generado esta promoción. Amazon no debe olvidar que, en un año electoral, puede convertirse en un blanco fácil para los políticos y, dado su tamaño, parece cada vez más injusto que tenga la ventaja de no pagar los impuestos sobre las ventas. A largo plazo, también podría enfrentarse a la pérdida de un montón de clientes potenciales, y eso sí sería su gran error estratégico.
Los críticos, por su parte, afirman que la intención real de Amazon es animar a sus clientes a convertirse en una red de espías a recoger información para de alguna manera desaparecer algunas pequeñas cadenas físicas.