Hace una semana que Falabella, controlada por las familias Solari y del Río, anunció su nuevo plan de inversión por US$ 3.923 millones para el período 2013-2017 y la reacción del mercado no es del todo positiva. Analistas del sector indican que más que tratarse de un nuevo plan de inversión es un ajuste del anterior, el cual aún no se concreta completamente, visión que no es compartida por Falabella.
El plan anterior consideraba recursos por US$ 3.341 millones entre 2012 y 2015.
Por su parte, el analista de Bice Inversiones, Aldo Morales, estima que “la noticia no es positiva para Falabella, ya que por segundo año consecutivo reduce su plan de inversiones respecto al anterior, en períodos comparables”.
Agrega que si se observa el período 2011-2012, la empresa anunció inversiones por US$ 1.946 millones y sólo invirtió US$ 876 millones, al tercer trimestre de 2012. “No descartamos una reacción negativa en el precio de la acción en el corto plazo”, concluye el analista. No obstante, desde el 9 de enero, día en que se anunció el plan de inversión, la acción del retailer subió 0,78%.
Ximena García, gerente de estudios de EuroAmerica, concuerda en que “este nuevo monto del plan de inversión puede interpretarse como una postergación del plan original, porque no se han concretado los montos en los plazos anunciados inicialmente”. Agrega que en el corto plazo la acción puede experimentar inestabilidad, porque “pese a que el mercado está revisando el impacto de este anuncio, es el segundo año consecutivo en que la compañía corrige a la baja su plan de inversión”.
El departamento de Inversiones de Security tiene otra visión: “Si bien hasta 2015 no existen grandes diferencias en relación al plan anunciado en enero de 2012, las 93 tiendas y cinco centros comerciales que inauguraría la compañía entre 2016 y 2017 se ubican por sobre nuestros supuestos, de manera que su ejecución representa un riesgo al alza sobre nuestra valorización. Así, mantenemos nuestra exposición a sus títulos en las carteras accionarias”.
Aldo Morales explica que “el retail es un negocio cíclico y de inversiones cortas. Abrir una tienda toma entre seis y ocho meses, por lo tanto, anunciar un plan a 2017 es poco convincente. No se trata de inversiones de proyectos eléctricos ni inmobiliarios. En caso de que la economía se frene o venga una nueva crisis, la mayoría de las compañías va a reducir sus planes de inversión”.
Por otro lado, el analista de Banco Penta, Juan Pablo Castillo, es más optimista. Dice que si bien son 21 tiendas menos las que se abrirán entre 2013 y 2015, ahora hay US$ 110 millones adicionales de inversión para construir dos malls más en ese período en particular. Es uno menos en 2013, pero tres más en 2015. “El plan 2013-2017 es equivalente a unos US$ 785 millones al año. Por lo tanto, la inversión promedio a ejecutar cada año solamente cayó 6,1%, lo cual no significa un cambio drástico respecto a lo que venía anunciando la empresa”.