El visual facilita la lealtad del cliente y su recurrencia, que vuelva. Pero, a la vez, supone restricciones que puntualmente chocan con las métricas de rentabilidad. El reto está en profesionalizar y medir lo que se interpreta como un arte, planificando al detalle cada futura colección en función de una estrategia clara y concreta.
En moda, donde los ciclos se aceleran, reaccionar a tiempo es vital para la salud financiera. Reducir stocks, optimizar su rotación, mejorar los índices de cashflow. El visual merchandising busca maximizar la rentabilidad, encontrar un equilibrio sostenible con la tecnología y las nuevas corrientes. “La muerte del retail es el stock”, precisó Andrea de Juana, Consultora de Analyticalways.
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En un contexto cada vez más demandante, la novedad en los productos, que siempre ha sido un imperativo, se convierte en decisivo. Matemática y ciencia para hacernos reactivos y acortar los plazos de reacción, facilitándonos cambiar, mover o eliminar los productos que no funcionan, minimizando pérdidas y rápido.
“Lo ideal es renovar nuestras colecciones en tienda en función de la frecuencia anual de las visitas de nuestros clientes”, indicó Héctor Gómez, Head of Merchandising de El Corte Inglés.
Es evidente que la superficie del almacén afecta a la rentabilidad por metro cuadrado de la tienda. Todas las tiendas necesitan dedicar una parte del espacio a almacenamiento, es indiferente si se reduce el tamaño de la tienda o tenemos todo expuesto, prescindir del almacén o del stock es inviable. La tecnología juega un papel esencial en todo esto: Optimizar los almacenes es clave para la rentabilidad de las tiendas y de las ventas.