Argentina vive tiempos difíciles por las características desfavorables de la legislación laboral y factores tributarios, a lo cual se le ha sumado la crisis iniciada por el coronavirus.
El paso del tiempo y el impacto de este acontecimiento global no han hecho más que acentuar la paralización de la economía de este país, que desde hace tiempo viene en decadencia, dando lugar a un clima de incertidumbre económica sin precedentes.
Además, diversas medidas tomadas por el gobierno argentino han desencadenado una ola de conflictos contractuales, laborales y financieros, que en el corto y mediano plazo irán deteriorando aún más la marcha de los negocios.
Es por ese motivo que varias empresas han anunciado su partida del país o, en todo caso, han decidido mudar parte de sus negocios a otro país de la región.
¿QUIÉNES BUSCAN RETIRARSE DE ARGENTINA?
Hace poco Falabella anunció su intención de salir del país, por lo que irá cerrando sus tiendas de manera paulatina.
Carrefour también debería decidido correr con la misma estrategia para evitar las pérdidas económicas que esto genera y que se intensificará mucho más.
Por su parte, Walmart se encuentra explorando opciones para una posible asociación o inversión para ayudar a acelerar la estrategia de crecimiento de su negocio en este mercado.
El negocio supermercadista en Argentina se ha visto fuertemente afectado por la inflación. De hecho, Cencosud , que está presente allí a través de Jumbo, lo describe en sus balances como un “mercado hiperinflacionario”.
Estas no son las únicas firmas que perdieron interés en el retail argentino: Nike, Wrangler, Lee y Panasonic ya lo hicieron.
En el sector aeronáutico, Qatar Airlines, Emirates Air New Zeland, Norwegian y Latam también anunciaron su salida de la Argentina por la crisis que desató la pandemia en el sector y el pobre horizonte para el mercado argentino.
PUNTOS EN CONTRA
A todo ello se suman los siguientes factores negativos:
La altísima carga impositiva, la desmesurada inflación, imprevisibilidad fiscal, leyes que encarecen la contratación laboral o que se sancionan sin consultar a los empleadores, la imposibilidad de realizar transacciones en moneda extranjera, la desvalorización del peso, la brecha cambiaria y una situación monetaria que genera incertidumbre a cualquier proyecto de inversión.
Finalmente, de acuerdo a cifras de la ONU, Argentina es el segundo país de peor desempeño en la evolución de la inversión extranjera directa en lo que va del siglo XXI.