La rápida expansión de los autoservicios chinos (supermercados cuyos dueños son de origen chino) y las últimas aperturas de las grandes cadenas de hipermercados -una tendencia que se está intensificando en las ciudades medianas del interior del país- llevó a los tiendas de la capital argentina a dar una pelea más cuerpo a cuerpo en la disputa por la torta del consumo masivo.
La estrategia, en este caso, está puesta en diferenciarse de sus competidores, mediante una campaña “de concientización”, aseguran desde la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), la entidad que ideó la movida y nuclea a unos 10 mil locales.
“La idea es fortalecer la imagen de los autoservicios independientes, las cadenas regionales y las cooperativas de consumo. Diferenciarnos”, resume Ricardo Cáceres, presidente de la CAS.
Según detalla el diario Clarín, lo harán a través de la colocación de un logo, con los colores celeste y blanco, que los locales ya empezaron a exponer en sus vidrieras, y también en las publicaciones y ofertas, además del reparto de folletos para los consumidores en las líneas de caja.
Algunas de estas cadenas que pisan fuerte en las áreas provinciales son Cáceres o Impulso, en Formosa; California, en Misiones; la Cooperativa Obrera, en Bahía Blanca o la cadena Quetrihue, en Bariloche.
El móvil más fuerte del sector es frenar el avance de los comercios chinos que, en los últimos cinco años ampliaron su participación de mercado un 50%.
Según datos de la consultora CCR, del 29,3% de la porción que tienen los autoservicios, el 8,7% corresponde a los locales chinos. Los autoservicios en general, junto con los almacenes y comercios más chicos concentran casi el 60% de la torta del consumo. En tanto el 40% restante se reparte entre las cadenas de híper y supermercados.
“Aproximadamente un 35% de la gente todavía no compró en autoservicios o supermercados. Sólo lo hizo en almacenes de barrio”, señala Cáceres, apuntando al potencial del negocio, siempre y cuando puedan contener a la competencia.
Con otra visión, un analista del mercado opinó: “Los autoservicios locales no quieren competencia porque así mantienen cautivos a sus clientes. Pero en el interior, hay muchos sueldos bajos, consumidores que están necesitando una diversidad en la oferta para conseguir mejores precios”.