Luego de que el gobierno argentino implementara desde el 9 de octubre el cobro por unidad de bolsas plásticas en supermercados, hipermercados y austoservicios de la ciudad, el uso ha bajado considerablemente y ya alcanza el 60%.
Fue a través de la Ley 1.854 que obligó a reemplazar las viejas bolsas por otras de color verde y negro, para que los vecinos puedan separar la basura domiciliaria.
El proyecto surgió, principalmente, porque estas bolsas demoran 200 años en desintegrarse y se busca disminuir principalmente la circulación de las mismas.
Sin embargo, José Alejandro, prosecretario de la comisión de films y bolsas plásticas de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP), habló con el portal Infobae y destacó que “la medida perjudicó al sector. Mucha gente depende de este producto”.
Según consideró, el consumo “cayó un 30% en la ciudad”, aunque estima que paulatinamente la gente volverá a usarlas.
En tanto, el representante de CAIP defendió con fuerza a su producto, “porque es higiénica y también se puede reutilizar para la basura, guardar la ropa con la que vas al gimnasio. Tiene muchos usos que no se dicen”.
Lo cierto es que a casi tres meses de tomar vigencia la medida, se ha producido una baja de entre un 60 y 70% en su consumo.
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