La reciente salida de la ejecutiva de Avon se debería a una serie de resultados negativos trimestrales que presentó la compañía de cosméticos, lo que llevó a los inversionistas activistas Barington Capital y NuOrion Partners, que en conjunto poseen el 3 % de las acciones, a exigir la búsqueda de un nuevo presidente ejecutivo, informó CNBC.
En los últimos períodos, la marca de cosméticos ha estado bajo presión de sus inversionistas. Barington Capital comenzó a exigir cambios en la administración de la empresa a partir de 2015, pero retrocedió cuando Avon firmó un acuerdo para vender el 80 % de su negocio en Estados Unidos a la firma de capital privado Cerberus Capital Management y agregó un director independiente a su directorio.
Heidrick & Struggles, firma global de búsqueda de ejecutivos, sería el encargado de encontrar un sucesor antes de la salida oficial de McCoy.
Por otro lado, Avon anunció el martes pasado que había contratado a Miguel Fernández, ex ejecutivo de Herbalife, como presidente mundial de la marca a partir del 14 de agosto, en el primer paso de una revisión general de la alta dirección.
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Caída de su negocio
La salida de McCoy cubre cinco años turbulentos para Avon, cuya operación se redujo a la mitad de su tamaño después de vender la mayor parte de su negocio en Estados Unidos, y atravesar un escándalo de soborno en China, hecho que le hizo perder el 85 % de su valor.
Las ventas anuales que superaron los $ 10 mil millones en 2012, ahora están a la mitad de esos niveles, pues en el segundo trimestre, los ingresos del minorista cayeron un 3 % llegando a los $1.400 millones de dólares, perjudicados en parte por un menor número de asesores de ventas en Rusia y Malasia, y una mayor competencia en Brasil.
Asimismo, Avon no ha capitalizado el rápido crecimiento del comercio electrónico, a diferencia de sus similares Revlon y Estée Lauder.
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