El grupo textil español Blanco viene atravesando, desde hace algunos años, una severa crisis que tiene a la empresa al borde de la quiebra financiera, ya que los últimos resultados disponibles -que datan de 2011- ya reflejabana el delicado estado de la empresa textil.
En el 2013, cuando el grupo saudí Alhokair tomó el control de la cadena de moda, preparó una estrategia de expansión internacional que, al parecer, no ha dado resultados esperados, porque la empresa ha ido adelgazando la planilla y cambiando a altos directivos en periodos cortos.
Lo complejo de esa situación es que un capital de Dubai adquirió la compañía en junio pasado. No obstante, uno de los socios de este nuevo fondo es también uno de los accionistas de Alhokair, que en el 2013 compró el grupo textil.
LEE TAMBIÉN: Blanco refuerza su presencia en Latinoamérica
La solución del nuevo fondo para Blanco difiere del que planteó Alhokair cuando se integró a Blanco. No se abrirán más tiendas, sino que se cerrará un número todavía indeterminado de locales. Precisamente el hermetismo es una de las quejas más recurrentes de la plantilla.
Desde que la empresa anunció el nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en septiembre, la dirección de la empresa ha aplazado tres veces el inicio de negociaciones con los sindicatos. En paralelo, la cadena paga con retraso las nóminas de los empleados desde agosto y acumula impagos de alquileres de locales.
Además, el grupo Unibail-Rodamco planea la expulsión de Blanco de sus centros comerciales en este mes de noviembre. El desahucio se producirá entre el 31 de octubre y el 10 de noviembre y afectará a locales como los de La Vaguada (Madrid), La Maquinista (Barcelona) o Bonaire (Valencia).
Esta noticia es auspiciada por: