Hace meses Estados Unidos y China se encuentran enfrascados en una guerra comercial de nunca acabar; la última de ellas fue el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump, de subir en 10% los aranceles al país asiático, este respondió con la devaluación del yuan.
Los resultados de esto, según datos de Bloomberg, fue que los mayores magnates perdieron el lunes -día del anuncio de la devaluación-, en conjunto el 2,1% de su fortuna, equivalente a US$110 mil millones.
BOLIVIA, LA MÁS AFECTADA
Durante la exposición del informe de Política Monetaria, el asesor legal del Banco Central de Bolivia (BCB), Raúl Mendoza, dijo que cualquier economía está expuesta al shock externo que ahora se vive entre Estados Unidos y China.
Según Mendoza esta incertidumbre que se vive afectará las tensiones comerciales, la débil recuperación del precio de materias primas, cambios frecuentes en las políticas monetarias, la volatilidad del tiempo de cambio y el debilitamiento de la economía global.
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Para el presidente del BCB, Pablo Ramos, la devaluación del yuan repercute en menor demanda de materias primas a nivel global, siendo Bolivia la más afectada.
Según Ramos, las importaciones y exportaciones de Estados Unidos y China han bajado, lo que significa una menor demanda de bienes y materias primas a nivel global.
Justamente América del Sur, es exportador de materias primas, y Bolivia, es el país que registró la caída más pronunciada en el precio de sus exportaciones, pero a pesar de ello el crecimiento de la economía estará por encima del 4%, mayor a las economías de países vecinos, resaltó Pablo Ramos.
RUBRO DE SUPERMERCADOS Y RESTAURANTES CRECE
Entre 2017 y 2018, la facturación de los sectores de restaurantes y supermercados en Bolivia disminuyó en 188 millones bolivianos, colocando al país en una tensa situación. Sin embargo, esto se habría superado.
El Ministerio de Economía, en su reporte económico, señala que la constante mejora en el nivel de vida de la población se refleja en el crecimiento de las ventas de los restaurantes que incluyen: snacks, confiterías, salones de té, bares, whiskerías, cafés, pensiones, cantinas y otros servicios de comida.
En cifras de enero hasta mayo, las ventas facturadas por los restaurantes y supermercados del país lograron los $us 603 millones, 10% más de lo recaudado en similar período de la pasada gestión, $us 547 millones.
Separando a ambos sectores. Las ventas de los supermercados y distribuidores al por mayor suman $us 316 millones al mes de mayo, logrando un crecimiento del 16% en comparación al año pasado.
Asimismo, restaurantes registró ventas por $us 287 millones en los primeros cinco meses del año, un 4% más frente a los $us 276 millones que habían facturado en similar período de 2018.
El informe también señaló que la facturación de los restaurantes y supermercados del país se incrementó de $us 138 millones (2005) a $us 1.422 millones (2018), lo que representa un aumento del 931%.
Vale resaltar, que el gasto de los bolivianos en restaurantes y supermercados fue de $us 202 millones en 2006; $us 267 millones en 2007; $us 374 millones en 2008; $us 446 millones en 2009; $us 557 millones en 2010 y $us 720 millones en 2011.
Mientras que en 2012 fue $us 818 millones; en 2013 $us 982 millones; en 2014 $us 1.145 millones; en 2015 $us 1.239 millones; en 2016 $us 1.269 millones; en 2017 $us 1.323 millones y en 2018 $us 1.135 millones.
Foto portada: ABI.
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