Con poco más de 10 millones de habitantes y una economía que, según la Comisión Económica para América latina (Cepal) crecerá un 5,5% este año, Bolivia sigue, aún, teniendo un incipiente mercado de franquicias.
Sin ir más lejos, la primera cámara que agrupa a empresarios del sector se creó recién a mediados de 2013. Incluso, su presidente, Miguel Mardoñez, asegura que es un mercado virgen.
Por ese motivo, con un mercado aún incipiente, el país del altiplano espera seguir expandiendo este modelo de negocios. Por ahora, Argentina, después de los Estados Unidos, es el principal exportador de franquicias.
Por esa misma razón, no existen estadísticas sobre facturación, pero fuentes del mercado estiman que, al menos, unas 50 marcas operan con franquicias en el país del altiplano y reúnen alrededor de 1.500 empleados.
“Casi la totalidad de las firmas que operan son cadenas gastronómicas, concentradas en La Paz y Sucre, donde vive un 70% de la población boliviana”, señala Mardoñez. La cadena estadounidense Hard Rock Café y la colombiana Juan Valdez son algunas de las marcas que ya tienen presencia en ese país.
Argentina es el principal promotor de marcas, con Havanna y Freddo, como algunas de las más destacadas. “Son unas ocho empresas argentinas presentes en Bolivia, detrás de las tradicionales McDonald’s y Burger King, de Estados Unidos”, puntualiza Mardoñez.
Además agrega que la industria textil tiene un enorme potencial debido a las ventajas comparativas del país, siendo el principal desafío el de superar la visión de este negocio con un potencial meramente inmobiliario para pensar a largo plazo.