Para Gianfranco Dominici, italiano que fundó la cadena de heladerías 4D en los años 80 para venderla poco después por US$ 700,000, la única receta para triunfar en su segmento es preparar un buen café.
En sus tiendas se combinan los granos traídos de cuatro puntos del país: Jaén, Cusco, San Martín y Rodríguez de Mendoza (Amazonas). Con esa fórmula mágica, vende 800 tazas de café diarias sólo en su local principal de la av. Angamos en Miraflores.
Dominici rechazó recientemente una oferta para abrir dos locales en China (una en Shangai y otra en Hong Kong). Por el momento, no tiene planes de crecer en el extranjero, ni en provincias.
El camino del Caffe di Gianfranco para el 2012 seguirá en Lima. Después de abrir su tercer local en el Parque de Amistad en Surco, tiene los ojos puestos en el centro comercial de Chacarilla. Además, se encuentra en negociaciones para instalar una cafetería en el colegio Raimondi en La Molina.
Según el empresario, en Lima hay espacio para abrir unas 2,000 cafeterías. El problema, no obstante, sigue siendo la incapacidad de los negocios para ofrecer un buen producto.