La contracción se debe en gran parte a la ola de frío registrada en ese periodo, y es la caída más brusca en el último año y medio, aunque en tasa interanual las ventas al detalle crecieron 0,9%.
Otro de los factores de la baja respecto a diciembre fue la inclusión del petróleo en el cálculo por primera, cuyas ventas descendieron considerablemente, como consecuencia de la interrupción del tráfico que causó el temporal de nieve del pasado mes.
La venta de alimentos descendió un 2,4%, pero la de ropa subió, impulsada por las bajas temperaturas, que llevó a los consumidores a adquirir vestuario de abrigo.
La caída de las ventas en enero también se ha visto afectada por el retorno a la tasa de IVA del 17,5%, después de que el gobierno rebajara temporalmente ese impuesto al 15%, para incentivar el consumo durante la crisis.
El dato de las ventas minoristas se conoce pocos días después de que saliera el de la inflación, que se aceleró en enero un 3,5%, más de lo inicialmente previsto.
Según el director de Capital Economist, Jonathan Loynes, las ventas podrían repuntar en los próximos meses, pero el leve crecimiento de los salarios, unido al alza de los precios no dejarán que el gasto aumente mucho, lo que allana el camino a una posible segunda recesión.