Luego del incendio que daño las instalaciones en Santiago de Carozzi en Nos (San Bernardo) en el año 2010, la compañía de alimentos controlada por la familia Bofill sufrió un cambio radical. “Tuvimos la oportunidad de reflexionar exactamente en dónde estamos y dónde queremos ir en el futuro”, comunicó el gerente de la División Chile de Carozzi, Peter Pickett.
En ese sentido fue que la empresa estableció un plan de inversiones (2011 – 2012) por US$ 350 millones y definió tres lineamientos en términos del enfoque del desarrollo: crecimiento orgánico, nuevas categorías y expansión geográfica. Respecto al primer punto, Pickett mencionó que “sentimos que todavía hay buenas oportunidades para crecer dentro del mercado chileno”.
“Nuestra estrategia es crecer en términos de capacidad instalada. La meta es contar con una capacidad por lo menos 20% sobre la demanda actual”, mencionó. Hoy en día, Carozzi tiene plantas productivas en Perú y oficinas comerciales en seis países de América que aportan el 51% de los ingresos de la firma. Indicó “Tenemos un balance estable que nos permite diversificar riesgos”, añadió “estamos atentos a las oportunidades tanto en Chile como en Perú”.
“Vamos a crecer en las categorías que ya tenernos, como también en otras”, aseguró el ejecutivo, mencionando como ejemplo la compra de la firma de alimentos para mascotas Nutripro el año pasado. En ese sentido precisó que apuntan a productos de consumo masivo. ¿Qué les interesa de una marca? “Que sea potente; que ocupe el primer o segundo lugar en su categoría”, afirmó. Además, que tenga una red de distribución compatible con la de Carozzi.