El mayor retailer de Europa, segundo del mundo, se encuentra inmerso en una profunda crisis desde que hace cuatro años comenzara a perder valor. En confianza y fidelización de los consumidores, en sus finanzas, en bolsa y en cuota de mercado. Su nuevo máximo dirigente, Georges Plassat, tendrá que enfrentarse a cambios profundos en su estrategia que podrían desembocar en decisiones nunca imaginadas en quién fuera el mayor grupo exportador del concepto hipermercado en las últimas décadas del pasado milenio.
Poco más de un mes de la llegada de Georges Plassat a la presidencia del Grupo Carrefour en sustitución de Lars Olofsson y poco se conoce de nuevas estrategias. Puntuales acciones promocionales en España, anuncio de posibles recortes de plantilla en Francia y poco más. Si comienzan los cambios en los equipos gestores. Unos, como es el nombramiento del nuevo secretario general, hecho público. Otros, tal que el cese de José Carlos González-Hurtado, del Comité ejecutivo y del director de Marketing, Patrick Rouvillois, son de nuevo, rumores no confirmados pero ya seguras próximas bajas.
Los cambios comenzaban a final de abril con el nombramiento de Jérôme Bédir como secretario general del grupo. Procedente de Capgemini Consulting Francia, donde ocupaba la vicepresidencia, cuenta con una anterior larga experiencia en el sector comercial desde el mismo centro del comercio, el Ministerio de Comercio, primero y luego en la Federación de Empresarios del Comercio y de la Distribución, su perfil coincide con el del propio Plassat un hombre forjado en el oficio,
En paralelo se producía la salida de José Carlos González-Hurtado, director de la división Comercial y de Marketing, quién llegaría al grupo a finales de 2009 de la mano del anterior presidente Lars Olofsson y de Patrick Rouvillois con función única en esta actividad, el Marketing. que no serán reemplazados por ningún nuevo ejecutivo.