La distribución minorista ha cambiado mucho durante estos últimos años y se ha convertido en uno de los indicadores más importantes de la economía española porque facilitan las decisiones de compra de los consumidores.
A pesar de que la crisis ha frenado en seco la inversión que llevan a cabo las grandes cadenas de distribución comercial, dos compañías siguen todavía invirtiendo fuertemente y apostando por el sector. Se trata de Mercadona, que en el último ejercicio acometió inversiones por valor de 575 millones de euros, y de Carrefour, que realizó proyectos por otros 500 millones.
De acuerdo con los datos recogidos en las cuentas de las distintas compañías, a gran distancia aparecen ya Lidl, con 150 millones; Eroski, con tan sólo 143 millones de euros –la cadena vasca abrió en el último ejercicio 70 establecimientos, pero se vio obligada a cerrar otros tantos–; de Hipercor, con 100 millones de euros.
Llama especialmente la atención como se ha paralizado la inversión en compañías como Alcampo, con una inversión total de apenas 30 millones de euros en el último ejercicio.
Todas las cadenas buscan hacerse un espacio en la mente de sus clientes y además trabajan en la diferenciación como seña de identidad, de ahí que hayan comenzado a proliferar nuevos modelos comerciales tanto de parte de los grandes grupos de calado nacional, tales como Carrefour, Dia, Mercadona, Eroski, El Corte Inglés; como de otros más regionales del tipo de Grupo El Árbol, Ahorramás, Gadisa, etc.