Recientemente se realizó en México una reunión del directorio de Farmacias Benavides -filial de FASA en el mercado azteca- y una junta de accionistas de Casa Saba, empresa que comprará la firma chilena. Casa Saba aprobó que la compra de la cadena chilena -que le costaría unos
U$ 450 millones por las acciones, más US$ 162 millones de deuda- será con un financiamiento de los bancos Banorte y HSBC. La mexicana espera recaudar US$ 800 millones, por lo que quedará un remanente para otros planes.
El 97% de los accionistas Saba aprobó que, la casa matriz y subsidiarias de la gigante mexicana que realizarán la Oferta Pública de Acciones (OPA) por los 150 millones de títulos de FASA, suscriba las líneas necesarias para acudir al proceso. En paralelo, la filial en México de FASA, Farmacias Benavides, analizó en su directorio los plazos que se manejan para que Saba lance la OPA en Chile. Los ejecutivos y directores de la cadena, que en México manejan 1.240 locales de venta, se mantienen optimistas y, según comentaron cercanos, siguen manejando fin de mes como fecha clave para el inicio del proceso, para el cual habrían reclutado a Celfin como agente intermediario.
Ambas empresas están a la esper de que la Comisión Federal de la Competencia de México (Cofeco) entregue su falló y apruebe la operación, luego que tuviera que pedirse autorización al órgano por la posible concentración que generaría en ese país, lo que al interior de la firma es visto con buenos ojos, pues la Saba no tiene gran cantidad de puntos de venta y su expertise está en área de distribución de medicamentos y no de venta al retail. Según la ley mexicana, la Cofeco tiene un período establecido para fallar cuando se le consulta por operaciones que puedan generar concentración. El órgano tiene 35 días para pronunciarse, lo que estaría por cumplirse.
Si cumplido ese plazo la Cofeco no se pronuncia, la operación se entenderá por aprobada.