La mayor empresa de lujo en el mundo lleva 32 años con el mismo jefe, Bernard Arnault. Actualmente con 73 primaveras, maneja la firma dueña de marcas como Tiffany o Dior, sin embargo, el CEO de LVMH planea quedarse en el cargo hasta los 80 años.
La empresa de 315 mil millones de euros quiere aumentar el límite de edad para su cargo de director ejecutivo a 80 años en su junta de accionistas de abril, según muestran los documentos de la empresa. Eso le permitiría a Arnault completar al menos dos mandatos más al frente del imperio de lujo.
Según reporta Reuters, serían los inversores los más interesados en mantener su actual CEO en el cargo. Desde que el magnate francés asumió el control en 1989, los accionistas de LVMH se han embolsado un 14% de rendimiento total anual, muy por encima del escaso 3% de rendimiento que ofrece el índice STOXX Europe 600.
Bajo su liderazgo, el conglomerado salió fortalecido de la crisis del Covid-19: su margen EBIT se sitúa en el 27% de los ingresos, frente al 21 % en 2019. La experiencia de Arnault será útil mientras las sanciones relacionadas con Ucrania amenazan los ingresos de los rusos ricos. El próximo 21 de abril, los accionistas del grupo LVMH votarán el 21 de abril sobre este cambio en los estatutos de la empresa.

Bernard Arnault se mantendría como CEO de LVMH hasta los 80 años
Por otro lado, se especula que Arnault necesita más tiempo para escoger a su heredero. El magnate francés tiene 5 hijos, que ocupan altos cargos directivos en sellos pertenecientes a LVMH, y un patrimonio personal/familiar de casi 172 mil millones de dólares, que lo cataloga como la tercera persona más rica del mundo (según datos de Forbes).
Como ejemplo, el fundador de PPR (Kering), François Pinault, y el jefe de Prada, Patrizio Bertelli, ya han pasado la batuta o han elegido a un sucesor. “Un cambio en la propiedad es impensable, y la segunda generación [de la familia Arnault] es responsable de la continuidad del grupo”, dijo Antoine Arnault, el hijo mayor de Bernard, citado en un artículo del diario francés Le Monde en julio pasado.