Manuel Rangel Macchiavello recibió la franquicia del empresario Caito Maia, y así decidió traer al Perú la firma brasileña Chilli Beans. La marca cuenta con más de 500 puntos de venta en Brasil, 100 alrededor del mundo, una facturación de US$250 millones al año y un crecimiento anual de 40%. Ahora, decide ingresar al Perú para cubrir un segmento que no había sido explotado: accesorios para la clase media. “En esta categoría se encuentran las típicas marcas de entre S/. 400 y S/. 1,500, marcas valoradas porque son internacionales, pero que no comunican mucho”, señala Macchiavello.
“Hay cadenas de ópticas multimarcas y las que ofrecen marcas propias. Algunas de estas segundas aún no tienen un éxito importante local, y la gente consume más por necesidad y no porque le den valor a esas marcas. Segundo, nosotros no nos consideramos una óptica. Vendemos moda. Para fabricar las lunas tenemos una asociación con Vision Center”.
La marca tendrá tres puntos de venta en el mercado peruano, en los que el consumidor podrá probar los productos.
“Empezaremos con un módulo en el Centro Cívico, en la primera quincena de octubre. En el Jockey abriremos otro módulo en la segunda quincena de octubre. En Larcomar inauguraremos una tienda a mediados de noviembre, de 15 m2, y en la que se invierte un aproximado de US$ 80 mil. El próximo año queremos abrir cuatro o cinco puntos de ventas más. Nuestra idea es tener 30 puntos de venta en los próximos cuatro o cinco años”, señaló.