En los próximos meses veremos cómo el protagonismo va a ser para la Coca-Cola Zero y otras bebidas similares, entre estas se encuentran, por ejemplo, sus marcas Fanta y Sprite que van a ser reformuladas.
El objetivo es dar el salto ‘healthy’ que impera en la sociedad desde hace unos años para recuperar terreno en el mercado de bebidas. Y para ello la estrategia pasa por hacer cambios de calado en la mayor parte de sus productos.
Pero hay más; se va a trabajar en un nuevo packaging para las marcas, que contempla también la creación de envases mucho más pequeños que los actuales.
Además, se va a intentar hacer una apuesta más fuerte por introducir nuevos sabores la Coca-Cola de Vainilla o de Frambuesa.
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En ese sentido, Coca-Cola va a cambiar también los envases de cristal para hacerlos más ‘chic’ y, además, se va a apostar por los ‘Royal Bliss’, es decir, la tónica con sabores; así como por los mocktails; cócteles donde alguno de los productos de la marca sea el protagonista, y que sean saludables.
El 2018 es la fecha tope escogida para todos estos cambios, que tienen un fin económico: evitar las tasas al azúcar que se están imponiendo en buena parte de los mercados europeos.
Según cálculos de la embotelladora, esta nueva estrategia permitiría un incremento de precio que permita aumentar las ganancias en este segmento. Todo ello acompañado de una nueva oferta de zumos y bebidas con cero azúcar.
Sin duda, un cambio radical en la fórmula de Coca-Cola, que permita incrementar el portfolio de productos y, también, generar más valor para los accionistas de la firma. Una estrategia que va en la línea de los cambios anunciados por el nuevo CEO de Coca-Cola, James Quincey.