El comercio puerta a calle en Lima ha demostrado un notable dinamismo en el último año, impulsado por la recuperación del consumo interno y la expansión de diversos negocios como cadenas de restaurantes, tiendas de conveniencia y discounters.
Esta expansión ha fortalecido la composición comercial de la capital, consolidando el crecimiento del mercado y fomentando, a mediano plazo, la creación de nuevos corredores comerciales. Sin embargo, este renacer comercial enfrenta desafíos, principalmente relacionados con la inseguridad ciudadana que afecta el desempeño del sector.
En su último reporte de Retail para el primer trimestre de 2024, la consultora JLL determinó que la recuperación del comercio a pie de calle ha sido notable en varias zonas de Lima, especialmente en Lima Top, Lima Moderna y Lima Centro. Durante el primer trimestre de 2024, el inventario de este segmento ascendió a 21,380 locales distribuidos en 52 corredores comerciales a lo largo de 33 distritos.
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Lima Top ha tenido el mejor desempeño en términos de demanda, con una reducción de disponibilidad del 57%, impulsada principalmente por las ocupaciones en los corredores de Conquistadores, Chacarilla, Larco y San Luis. Esta preferencia por las zonas de Lima Top se debe a la atracción que ejercen sobre las marcas, consolidando su posición como áreas comerciales de alto valor.
A pesar de la contracción general del rango de renta, las zonas de Lima Moderna y Lima Centro mostraron incrementos del 4.1% y 1.9% respectivamente en comparación con el primer trimestre de 2023. Este aumento se sustenta en la consolidación comercial y el desarrollo residencial, con corredores clave como Arequipa, Jesús María, Magdalena, Pueblo Libre y Surquillo impulsando el crecimiento.
Desafíos de inseguridad para el comercio puerta a calle
Por ejemplo, en el distrito de San Juan de Lurigancho, el eje comercial de Los Jardines ha visto una reducción significativa de locales operativos debido a extorsiones y actos delictivos. En un área de aproximadamente 300 metros, siete locales, que incluían tiendas de conveniencia y boticas, fueron desocupados, llevando a la desaparición de una cuadra como área comercial.
Similar situación se ha reportado en Lima Norte, especialmente en los distritos de San Martín de Porres y Comas, donde se ha alertado sobre el cierre de hasta 10 locales debido a la inseguridad. Esta condición ha afectado directamente el rango de la renta promedio máxima, que actualmente se sitúa en US$ 26, en comparación con los US$ 27 del año pasado.
Proyecciones y medidas
La clave para el futuro dinamismo del mercado radica en la adaptación de nuevas medidas para frenar la delincuencia y recuperar la confianza en la seguridad ciudadana. Una planificación eficaz permitirá un mejor desempeño de la demanda en zonas actualmente afectadas por la inseguridad, potenciando la creación de nuevos corredores comerciales y estabilizando el mercado.
El outlook del sector señala que, si se logran implementar medidas de seguridad efectivas, la disponibilidad de locales podría mostrar una disminución más significativa, y el rango de renta podría estabilizarse o incluso incrementarse en áreas estratégicas. Esto sería fundamental para fomentar la expansión del comercio puerta a calle, consolidando a Lima como un núcleo comercial dinámico y seguro.