Cada uno de nosotros tiene hábitos que afectan a la forma en que nos movemos a lo largo de nuestros días. Ya sea preparar nuestra cafetera la noche anterior, hacer ejercicio a la misma hora todos los días, jugar a la ruleta en mrbet casino los fines de semana o simplemente cómo nos preparamos para ir a la cama cada noche. Estas acciones se han automatizado: nuestro subconsciente toma el control y ya no pensamos en realizarlas.
Dado que la mayoría de nuestros hábitos se formaron sin pensar demasiado, el reto al que nos enfrentamos muchos de nosotros es cómo crear nuevos hábitos intencionados. Y no es un proceso difícil si se cuenta con las herramientas adecuadas. Por eso vamos a compartir a continuación los consejos esenciales.
Tres acciones importantes
Hay tres acciones clave que podemos llevar a cabo para que los nuevos hábitos se mantengan. Además de combinar los nuevos hábitos con los ya existentes, debemos:
- Empezar poco a poco – Cambiar sustancialmente nuestra forma de vida requiere un alto grado de motivación. Empezar poco a poco puede ayudarnos a coger impulso. Por ejemplo, un paseo corto puede ayudarnos a llevar un estilo de vida activo.
- Facilitar las cosas – Si eliminamos cualquier fricción o barrera que pueda interponerse en nuestro nuevo comportamiento, es mucho más probable que lo mantengamos. Por ejemplo, preparando comidas sanas o sacando el equipo del gimnasio con antelación. Por otro lado, añadir fricción puede ayudarnos a deshacernos de los malos hábitos. Por ejemplo, dejar el móvil en otra habitación al empezar el día puede ayudar a aumentar la productividad.
- Recompensar los nuevos comportamientos – El refuerzo positivo ayuda a replantear la percepción que tenemos de un nuevo comportamiento, lo que contribuye a que se mantenga. Por ejemplo, escuchar tu música favorita o un podcast mientras realizas un nuevo comportamiento puede ayudarte a motivarte para continuar.
Prepárate para los obstáculos y los retos
Si hay “fricción” entre ti y un comportamiento saludable, no será tan probable que empieces o, lo que es más importante, que mantengas ese comportamiento. Cuanto más cómodo te resulte el hábito, más probabilidades tendrás de mantenerlo.
Todo nuevo hábito tendrá obstáculos. Pero puedes prepararte para estos retos y aprender a adaptarte a ellos de forma eficaz. Para empezar, estos son algunos de los obstáculos más comunes con los que te puedes encontrar:
- Falta de tiempo;
- Dolor o fatiga;
- Malas condiciones meteorológicas;
- No hay espacio suficiente para el hábito;
- El coste del equipamiento relacionado con el hábito;
- Cohibición.
Una forma sencilla de responder a los obstáculos es prepararte para ellos con antelación. Y puedes hacerlo utilizando la estrategia de planificación del “si – entonces”.
He aquí cómo hacerlo: Cada vez que te enfrentes a un reto, utiliza esta experiencia para crear una declaración “si-entonces” sobre cómo responderás la próxima vez que suceda.
Olvídate de la perfección
Independientemente de lo que te propongas conseguir, sé menos exigente contigo mismo. Formar nuevos hábitos requiere tiempo y disciplina, y habrá baches en el camino. Si te saltas un entrenamiento o te sales de tu plan de dieta, el truco es no desanimarte por eso. Puedes retomar el camino en cualquier momento. Si pierdes el impulso, siempre puedes retomarlo donde lo dejaste.