Toda innovación requiere inversión e involucra riesgos que no son menores, si consideramos que el 85% de los nuevos productos que se lanzan al mercado fracasan.
Detrás del éxito no está la mera casualidad, sino que se esconden cuatro principios que deben configurar el ADN de toda innovación exitosa:
1. Responder a la necesidad del consumidor
El nuevo producto debe resolver una carencia o frustración del consumidor, aportándo soluciones y logrando de esta manera una innovación oportuna.
Las grandes ideas impulsadas por la demanda a menudo provienen de observaciones simples: por ejemplo evaluando las razones por las cuales la gente no utiliza un producto o incluso una categoría. La resolución de estas situaciones puede ser una gran oportunidad para descubrir una demanda emergente o latente.
Ciertamente, las innovaciones revolucionarias a menudo van más allá de la demanda actual, observando las oportunidades que generan las nuevas tendencias y la evolución de la demanda o incluso la creación de la demanda futura.
Los consumidores son cada vez más exigentes y esperan tener más posibilidades de elección, entre ellas nuevas opciones de productos, lo que constituye una excelente oportunidad para la innovación, siempre y cuando ésta sea la adecuada.
2. Relevancia
Es necesario garantizar que la innovación esté bien lograda, esto implica que el nuevo producto debe poseer características clave tales como la relevancia, la superioridad y la diferenciación en el mercado. Una innovación sin tales atributos difícilmente alcanzará resultados óptimos.
3. Activación apropiada
Ahora bien, todo lo dicho no sirve de nada si no se lleva a cabo una estrategia de marketing y comunicación creativa que ponga en valor la innovación, logrando una estrategia de activación apropiada.
Luego de una alta inversión de dinero, tiempo y recursos, la hora de la verdad llega en el mercado.
Existen ciertas estrategias comunes empleadas por las empresas que logran innovaciones exitosas al momento de la ejecución del nuevo producto en el mercado. Una de ellas consiste en lograr la colaboración temprana entre fabricantes y minoristas, trabajando juntos para hacer de la innovación un éxito.
Por otro lado, la comunicación es clave y en este sentido desarrollar campañas creativas que sean relevantes y establezcan fuertes conexiones emocionales entre las fortalezas del producto y las preocupaciones del consumidor, es también una característica recurrente en las innovaciones exitosas.
4. Alineación dentro de la organización
Por último, el éxito también vendrá marcado por el respaldo de un equipo y una organización perfectamente sincronizados en todas la fases del proyecto (en definitiva, una cultura que involucre a todos los departamentos).
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