Un asado es, sin lugar a dudas, una de las comidas más celebradas dentro de nuestro país. Más allá de los gustos, de la preferencia o no de comer carne, este tipo de comida implica un grado de preparación y una ritualidad que lo vuelve único, especial. Las brasas que comienzan a encenderse, la cocina al aire libre, disfrutando de un día o una noche amigable, una mesa que se extiende amplia y concurrida, a la espera de una buena carne o unas verduras tiernas y asadas, vuelven está experiencia una de las más celebradas en términos culinarios.
La posibilidad de variantes de comida que una parrilla a carbón te ofrece son infinitas. Puede ser diferentes tipos de carnes, de cortes y achuras, cada una con un sabor particular y con un complemento especial – sea pan, salsas o ensaladas; o puede ser también una buena gama de verduras, cocinadas directamente sobre las brasas, envueltas en papel de aluminio, o sobre una plancha especial para poner al fuego.
Las parrillas a carbón ofrecen eso: la posibilidad de que todos y todas puedan sentarse a una mesa, de que todos y todas puedan disfrutar una comida placentera en el patio, el jardín, una terraza amplia o, por qué no, una plaza. Se acerca el verano y el sol será un buen acompañante para disfrutar de un buen asado con tu familia, tus amigos o compañeros de trabajo.
Pero… ¿Cuál es la mejor técnica para cocinar sobre una parrilla de carbón? Si bien todos y todas disfrutan de un buen asado, no sucede lo mismo con su preparación, dado que pocos saben cómo hacerlo de la mejor manera. A diferencia de otras comidas, que quizás solo exigen seguir una receta y un paso a paso detallado de cocción de ingredientes, un asado solo se puede aprender de una sola manera: haciéndolo.
Por eso, si estás mirando venta de parrillas de carbón por que quieres comprarte una pero dudas de tus habilidades como asador, no te preocupes: en este artículo te dejamos todo lo que tienes que saber para convertirte en un gran parrillero.
Tiempo y paciencia, las claves para un buen asado
Una cosa debes tener siempre en cuenta antes de hacer un asado. Sea cualquier tipo de carne o cualquier tipo de verduras, es importante que cuentes con una buena disponibilidad y margen de tiempo para prepararlo, y la paciencia suficiente para esperar alcanzar la cocción deseada.
Más allá de lo que te demande prender el fuego, el grado de calor alcanzado muchas veces puede llegar a ser muy alto, tanto que tu comida se quemara sin cocinarse del todo. Esto sucede fundamentalmente con los cortes de carne más grueso, que requieren más tiempo para lograr cocinarse bien por dentro. Si prefieres acelerar el proceso de cocción, puedes evaluar comprar una parrilla que cuente con la posibilidad de cerrarse. Esto genera una mayor retención del calor, similar a un horno, acelerando el tiempo de cocción de la comida.
Puedes evaluar la relación parrillas precio, analizar los distintos componentes que trae y evaluar la que más se ajusta a tus necesidades. Si bien las más complejas, que cuentan con techo movible, suelen ser más costosas, cuentan con la ventaja de poder cocinar cerradas y apurar un asado que, de otra forma, necesitará un poco más de tiempo.
Para evitar que la comida se te queme, es importante tirar debajo de la parrilla la cantidad de brasa mínima y necesaria para que la comida que se encuentre sobre ella comience a prepararse. Para eso, deberás mantener un fuego en constante preparación, ir sumando, de a poco, más carbón, y así mantener un suministro de brasa constante para ir tirando de a poco. Aunque, para poder lograr esto, algunas características que debe tener tu parrilla.
Separar la preparación del fuego de la cocción, la clave de un buen asador
Esta recomendación se aplica también para una parrilla pequeña. Obviamente que mientras más grande sea mayor comodidad tendrás para desplegar tus carnes y verduras, y mayor será también la proporción de calor que podrás darle. Pero, a pesar del tamaño, una de las claves para lograr un buen asado es preparar el fuego por un lado y colocar las brasas por otro.
Hay parrillas que cuentan con compartimentos separados para que puedas lograr esto de una manera sumamente sencilla. Pero si la tuya no lo tiene, no te preocupes, acá te dejamos unos tips para que puedas hacerlo sin problema.
Primero, en una punta de la parrilla, inicia el fuego. Coloca papel, maderas, y alrededor las piezas de carbón. Recuerda que al principio siempre es conveniente poner los carbones más grandes, dado que estos serán los que logren mantener el fuego encendido y generar las primeras brasas. En caso de que veas que las llamas se extinguen, puedes soplar o tirarle aire con una pala de plástico o cualquier otro elemento que funcione como un abanico.
Para mantener el fuego encendido, siempre es conveniente dejar espacios para que el aire circule entre las llamas. Este hará que se mantenga siempre prendido. Una vez que ya generaste una cantidad interesante de brasas, separa una porción y espárcelo por debajo del resto de la parrilla. Aquí la clave es poner una cantidad mínima para que comience a calentar las barras de la parrilla, donde colocarás las carnes o las verduras, pero sin desarmar toda la pila de fuego.
Manteniendo el resto de los carbones encendidos, ya puedes colocar la comida e ir sumando carbón a tu fuego para generar nuevas brasas que irás colocando debajo de la parrilla. ¡Listo! Ya la comida se cocinará sola, únicamente debes ir manteniendo un buen caudal de calor para evitar que se apague y se frene la cocción.
Ahora solo debes pensar y analizar la relación parrilla precio y comprar la que mejor se ajuste a tus necesidades. Con estas técnicas, sin lugar a dudas tu próxima comida sobre una parrilla a carbón será un éxito.