Gracias a la Inteligencia Artificial (IA) estamos siendo testigos de una verdadera revolución en la manera de comprar y en los hábitos de consumo.
De hecho, según expertos del departamento de investigación comercial de marketing de la Universidad Autónoma de Madrid, el número de ventas de productos de gama media, está descendiendo de una forma abrumadora.
Por otro lado, los estudios de Think with Google dicen que de cada 5 compras online, 1 conlleva procesos de búsqueda offline y, a la inversa, 1 de cada 3 compras en tienda física está precedida por consultas en el mundo online.
Hoy los avances tecnológicos basados en el funcionamiento de la mente humana están suponiendo tal cambio que están transformando el mundo, abriendo nuevos paradigmas hacia posibilidades infinitas.
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En ese sentido, el primer pilar del cambio es mejorar la experiencia al cliente o ´frontend´ como parte visible de la marca.
Supermercados, firmas de moda y hogar se están viendo afectados por los cambios de consumo y los avances tecnológicos que los promueven.
La tendencia incremental de este movimiento hace que los locales físicos tengan que reinventarse, ofreciendo nuevas experiencias en la unificación de los diversos canales de comunicación con el cliente.
“La Inteligencia Artificial tendrá más impacto que la electricidad o el fuego en la humanidad”, sostuvo Sundar Pichai, CEO de Google.
La Inteligencia Artificial convierte millones de datos en conocimiento para resolver problemas complejos, anticipa comportamientos y minimiza riesgos en la toma de decisiones en tiempo real.
En definitiva, el mercado evoluciona: del grupo al individuo, de lo “macro” a lo “micro”, de la estadística generalista al dato.
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DATOS
– Google responde más de 5.000 millones de búsquedas cada segundo.
– Los móviles del mundo generan alrededor de 17.000.000.000 gigabyte de datos al mes.
– Más de 4.000 millones de objetos cotidianos ya están conectados a la red almacenando hábitos de consumo, patrones de conducta e incluso datos médicos.
– Según Cisco, este número aumentará hasta superar los 50 billones de dispositivos y casi un trillón de sensores conectados en 2020.