En el mundo globalizado de hoy en día, se está diciendo adiós a las organizaciones verticales y rígidas, por ello, en ese contexto, los mandos medios han adquirido un rol más preponderante en las compañías.
Ante un escenario de crecimiento con escasa experiencia, lo que sucede es que nos vemos en una guerra de talentos entre compañías, tratando de sumar cada una a sus filas, a los actores con mejor desempeño en sus áreas de acción.
Y es que estos ejecutivos ocupan puestos clave, en muchos casos, lideran proyectos y también son la cara de la empresa frente a los clientes, ya que se les ha empoderado, entregando mayores atribuciones y poder de decisión.
De acuerdo con un estudio de la consultora, el principal motivo de renuncia de talentos clave es la falta de oportunidad de ascender con un 71%, seguido por la posibilidad de mejorar su salario en otra empresa con un 61%.
Cuando una empresa tiene una alta rotación, los colaboradores desarrollan una percepción de inestabilidad que hace que se sientan frustrados con los cambios constantes que se producen. Esta sensación de inestabilidad se agrava cuando el porcentaje más alto de rotación está en la línea de mandos medios que, por lo general, sostienen la marcha operativa del negocio.
La estrategia de retención suele ser la razón más común de abandono, pues en resumen, el colaborador se ve afectado por:
a) La falta de comunicación interna y la poca capacidad de sus líderes de transmitir mensajes claros y coherentes con la realidad cotidiana,
b) Las propuestas de crecimiento que encuentran al interior de la organización,
c) El desarrollo profesional a partir de programas estructurados de capacitación y
d) La cultura desarrollada al interior de las organizaciones.
Los mandos medios son los encargados de hacer realidad la estrategia de una empresa y bajarla a los niveles operativos. Sus decisiones impactan fuertemente sobre el nivel de servicio y tienen mucha influencia en cómo los colaboradores que están en contacto con sus consumidores producen una experiencia, sea ésta buena o mala.
La tarea de los líderes de mando medio a cargo de tales equipos, debe ser la de modular nuevas conductas y formas de ver el futuro. Se debe comprometer a los colaboradores con el trabajo en equipo y el objetivo común, crear conciencia de la organización a la que pertenecen y de las oportunidades que ella les brinda. Así como, monitorear y reconocer el avance individual de los integrantes.