Las empresas de moda continúan aplicando estrategias para poder sobrevivir en un escenario de pandemia en la que la frecuencia de compra ha cambiado drásticamente. En este contexto, la prioridad de los consumidores también es disminuir el impacto que causan sus acciones en el planeta. Por ello, la moda sostenible se ha convertido en un tema relevante para discutir en las empresas alrededor del mundo, en medio del impacto y la incertidumbre que enfrenta el sector de la moda durante la crisis del COVID-19.
En una encuesta realizada por McKinsey & Company, dos tercios de los consumidores afirman que se ha vuelto aún más importante limitar los impactos sobre el cambio climático. Además, el 88 por ciento de los encuestados cree que se debe prestar más atención a la reducción de la contaminación.
En la práctica, los consumidores ya han comenzado a modificar sus comportamientos en consecuencia, el 57% ha realizado cambios significativos en sus estilos de vida para disminuir su impacto ambiental, y más del 60% informa haber hecho todo lo posible por reciclar y comprar productos en envases ecológicos.
Ante este contexto, Perú Retail conversó con Ester Xicota, experta en temas de innovación sostenible y directora de Hub Moda Circular, quien nos comentó sobre el futuro de la moda sostenible pospandemia y sus tendencias en los próximos años.
“Lo primero que las empresas hicieron cuando apareció la pandemia fue recortar gastos, inversiones y sobre todo cuidar mucho a su recurso humano. Estamos viendo algunas recuperaciones en el sector, pero no sabemos si la industria volverá a ser la misma en unos meses”, indicó la especialista.
Xicota mencionó que las acciones de sostenibilidad se paralizaron por la pandemia, a pesar que ya había una estrategia establecida en este tema, hubo un gran impacto en la liquidez de las empresas. Por otro lado, los retailers han puesto foco en la cadena de valor para poder generar ventas y recuperarse. “A pesar de la situación, las empresas entienden que la sostenibilidad es un pilar clave en las operaciones y debe considerarse sí o sí”.
CAMBIO EN LOS PATRONES DE CONSUMO
Según la encuesta realizada por McKinsey & Company, el 88% de los consumidores espera una recuperación lenta o una recesión, y la confianza general del consumidor es baja. Como resultado, el gasto en moda también está cambiando. Más del 60% de los compradores informan haber gastado menos en moda durante la crisis y, aproximadamente, la mitad espera que esa tendencia continúe después. Sin embargo, es probable que los consumidores reduzcan su gasto en accesorios, joyas y otras categorías, antes de reducir sus compras en ropa y calzado.
En este sentido, la ejecutiva explicó que la mayoría de compras de moda se realizaban en los centros comerciales y la situación actual complica ese modelo de consumo. “Para entrar a un mall hay que hacer cola, tener muchos cuidados y es todo un trámite ir a comprar. El consumidor ya no tiene compras impulsivas que hacia antes cuando iba a pasear y caminar por el centro comercial. El gasto ahora es puntual y también genera que el tiempo destinado a comprar sea menor y, por ende, no se logren mayores transacciones”.
Por otro lado, señaló que esta situación impulsará el crecimiento de comercios locales que van a incrementar sus ventas, porque el cliente quiere ante todo tener seguridad cuando va a comprar y en un centro comercial crece el riesgo de contagio. “La dificultad de acceder a los malls está impulsando la utilización de realidad aumentada para apoyar al usuario en su compra y evitar que haya devoluciones que representan una pérdida muy grande en estos momentos para las marcas”.
En cuanto al cambio de consumo en categorías, señaló que al inicio de la crisis se redujo fuertemente la demanda de artículos de belleza y moda. Todo lo contrario ocurrió en la categoría de alimentos y limpieza, que fueron las que repuntaron en los primeros meses de la pandemia. Cabe resaltar que, en el rubro de moda, hubo gran demanda por ropa de casa y cómoda, ya que la población se encuentra ahora en sus casas y no salen frecuentemente.
¿CÓMO IMPULSAR LA MODA SOSTENIBLE?
La referida investigación que realizó McKinsey & Company reveló que el sentimiento del consumidor sugiere que la crisis del COVID-19 podría servir como una oportunidad de reinicio para que los actores de los sectores de la moda, el calzado y el lujo fortalezcan sus compromisos de sostenibilidad y aceleren los cambios en toda la industria, como la reducción de la estacionalidad y la escala de modelos comerciales circulares.
“La población ha hecho una reflexión sobre el impacto que tenemos en el sistema. La imagen de la naturaleza, cuando nosotros dejamos de estar en la calle, ha causado gran impacto en las personas y ha reforzado la imagen de familia. Ahora las marcas pueden conectar con los clientes de otra manera, para reforzar o iniciar modelos de moda circular y generar relaciones próximas con el cliente”, indicó Xicota
El estudio también demuestra que, como resultado de la crisis el 65% de los encuestados planea comprar artículos de moda más duraderos, y el 71% planea conservar los artículos que ya tienen durante más tiempo. Además, el 57% de los encuestados está dispuesto a reparar elementos para prolongar su uso.
“Ahora tendremos un consumidor que busca ahorro y prendas más durables. Estos factores harán que aumente la venta de segunda mano. En un par de años se estima que el mercado de segunda mano llegue a los 60 millones de dólares, las personas están buscando nuevas alternativas de compra”, acotó la entrevistada.
Sin lugar a dudas la moda sostenible es una tendencia que, igual al desarrollo tecnológico, seguirá presente en el mercado definitivamente. Ester Xicota puntualiza que el fortalecimiento de la conciencia, la búsqueda de calidad y el ahorro, serán claves en este nuevo escenario. “La moda circular será fundamental para brindar valor, no solo al cliente, sino a la sociedad en general. Con esto se van a frenar los desastres naturales y se crearán modelos de negocios que apoyen el desarrollo sostenible y el bien común de la población”.
Respecto a la situación que se vivió, luego que marcas extranjeras como Uniqlo, Gap y H&M decidieran cortar sus vínculos laborales con una importante granja de alpaca del Perú, debido a una denuncia de PETA por maltrato animal, la especialista detalló que ahora, más que nunca, las marcas son muy sensibles a este tipo de escándalos y están más supervisadas. “Hay que tener una política muy clara de sostenibilidad para manejar estos temas y garantizar una cadena de valor sostenible que pueda mantenerse en el tiempo y seguir evolucionando”, finalizó.