El potencial de consumo de algunas ciudades del interior con relación a la densidad poblacional y capacidad de gasto se habría sobreestimado, generando sobreoferta de metros cuadrados arrendables en algunos departamentos del Perú, agravada por la desaceleración del consumo, refiere Eduardo Herrera, country manager de Parque Arauco Perú.
Así, mientras la capital tiene 131 metros cuadrados (m2) de ABL de ‘malls’ por cada mil habitantes, Arequipa (solo con cinco centros comerciales) le pisa los talones con 130 m2; Ica 126 m2; Ucayali 123 m2 y El Callao supera la penetración de la capital con 155 m2. Piura y Cajamarca también estarían sobreatendidas.
“Si bien estas son inversiones a largo plazo, me parece una locura que en ciertas ciudades ya atendidas, como Arequipa, se sumen más m2. Aquí se dará una canibalización entre ‘malls’”, indica Herrera.
Asimismo, sostiene que en esta ciudad el grupo Falabella está reconvirtiendo el Open Plaza en Mall Aventura Plaza.
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En consecuencia, precisa Herrera, lo que se verá este año y los próximos, probablemente, es una racionalidad en las inversiones, sin perjuicio de la industria.
“Esto implica abrir el formato correcto en el lugar correcto. No habrá más metros cuadrados, sino mejores m2”, asevera al portal El Comercio.
Ello involucra, además, contar con estudios adecuados y tomar en cuenta que en provincias el consumo se contrae más rápido por ser más sensible a la coyuntura, precisa.
En el 2006 solo cuatro provincias tenían centros comerciales, hoy son 14 (es decir más de la mitad del país se ha sumado al comercio moderno) y concentran el 47% del área arrendable (ABL) de ‘malls’ de todo el Perú. Ahora quedan 10 departamentos por atender. Iquitos sería la próxima plaza a conquistar.
Sin embargo, hablar de sobreoferta de centros comerciales en provincias, cuando la penetración de esta industria está por debajo de la de nuestros vecinos de la región, pareciera sonar contradictorio.
Además, hay que destacar que hoy en día el principal atractivo de los grandes centros comerciales ha dejado de ser la experiencia de compras. Los nuevos hábitos de consumo y la falta de espacios públicos han hecho que los nuevos desarrollos comerciales estén más orientados al esparcimiento y entretenimiento.