La historia de Inca Kola no puede ser contada sin hablar de don Isaac Lindley, el empresario peruano que heredó una empresa familiar y la convirtió en el sello de un país. Su visión y liderazgo catapultó a la marca al éxito y hasta se dio el lujo de destronar a Coca Cola, el gigante de las bebidas gaseosas.
Para conocer una compañía en su totalidad, es necesario empezar desde abajo. Eso fue lo que hizo don Isaac cuando apenas tenía ocho años y comenzó a trabajar lavando botellas en la empresa de bebidas gasificadas que había fundado en 1910 su padre Joseph Robinson Lindley, el comerciante inglés creador de la Inca Kola.
Tras la muerte del patriarca en 1932, y de sus hermanos José en 1936, Antonio en 1937, Alfredo en 1939 y Nicolás en 1945, Isaac tuvo que asumir la dirección de la compañía cuando tenía 41 años.
Corría el año 1945 y era épocas difíciles para Isaac, un hombre de pequeña estatura pero de gran coraje y determinación. Su objetivo era claro: sacar adelante el negocio familiar.
Para entonces, la Inca Kola llevaba poco tiempo en el mercado peruano. Cabe resaltar que fue lanzada el 18 de enero de 1935, cuando Lima cumplía 400 años de fundación.
De la mano de don Isaac, la Corporación Lindley adquirió su primera máquina automática que embotellaba 36 unidades por minuto. Además, ideó una nueva botella con la marca Inca Kola en alto relieve, y acuñó la primera frase publicitaria de su bebida estrella: “Inca Kola sólo hay una y no se parece a ninguna”.
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La Inca Kola se iba haciendo cada vez más popular en Lima, pero don Isaac no se conformaba e inició el proceso de expansión de la empresa a nivel nacional. Su objetivo era posicionarse en la mesa de los peruanos y competir palmo a palmo con el gigante de las bebidas gaseosas Coca Cola, que ya había llegado al Perú en 1936.
Para concretar esa hazaña, don Isaac hizo alianzas con: Casinelli en Trujillo-Piura, Panizo en Ica, Siu en Cusco y Arequipa, Martorell en Tacna y Moquegua, Higushi en la selva central.
Innovador y visionario
Don Isaac fue un visionario. El sabía que la publicidad lograría que Inca Kola se posicione rápidamente entre los peruanos y por eso apostó por la televisión. Es así que la marca comenzó a auspiciar los programas más vistos y obras teatrales.
La idea surgió luego que don Isaac y su hijo, John Lindley, se unieran a Genaro Delgado Brandt y a sus hijos, principales accionistas del naciente Canal 13, que luego se llamaría Panamericana Televisión.
La unión con los empresarios televisivos dio origen a los primeros comerciales de la bebida de sabor nacional, los cuales buscaban asociar al producto con los platos más tradicionales de la gastronomía peruana.
Un empresario de buen corazón
Pero don Isaac no solo mostraba interés por el lado empresarial sino también por el capital humano de su compañía y el respeto al cliente. tanto así, que el empresario fue el creador de la cultura organizacional de Inca Kola, teniendo como pilares una filosofía orientada a la gente y que perdura hasta la actualidad.
Los que lo conocieron señalan que el empresario mostraba una gran preocupación por el bienestar de sus empleados. Algunos trabajadores de la época cuentan que si alguien se enfermaba, él mismo iba a verlos al hospital y se interesaba por saber si les faltaba algo.
Además, el “Míster”, como lo llamaban, bajaba a la planta de producción para hablar con sus empleados y antes de retirarse en la noche hacía su última visita. Don Isaac también viajaba continuamente a las provincias donde tenía sucursales. Era un hombre de trabajo y sus jornadas diarias eran de hasta 14 horas. Siempre era el primero en llegar a la compañía y el último en irse.
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Fallecimiento y legado
Lamentablemente, el empresario falleció víctima de un paro cardiaco el 18 de octubre de 1989, dejando un gran legado en el empresariado y habiendo cumplido su sueño de convertir a Inca Kola en la bebida líder de nuestro país.
El exitoso modelo de gestión que ideó don Isaac fue estudiado incluso por la Universidad de Harvard. La prestigiosa casa de estudios reconoció el éxito de Inca Kola por encima de Coca Cola y decidió incluirlo como materia de estudio para los alumnos que cursaban el último año de la carrera de administración de negocios en los años 90.
Cabe señalar que en los años 80, Inca Kola tenía el 35% por ciento de participación del mercado, mientras que Coca Cola apenas llegaba al 20%. El gigante norteamericano nunca pudo hacerle frente a la bebida de sabor nacional, pese a sus grandes esfuerzos por posicionarse en la mesa de los peruanos.
Si no puedes con el enemigo…
Así, en 1999, cuando Coca-Cola comprueba que Inca Kola era imbatible en Perú, decide comprar el 49% de las acciones de su competidor local por US$ 200 millones, haciéndose con la marca Inca Kola para su comercialización y producción fuera de Perú, pero permitiendo que Corporación Lindley mantenga la propiedad de la bebida gaseosa dentro del país.
La adquisición se llevó a cabo el 23 de febrero de 1999, durante la gestión de Johnny Lindley Taboada, hijo de don Isaac. Con ello, el sabor de Inca Kola ya no solo sería nacional sino que traspasaría fronteras.