Durante los últimos 10 años, grandes cambios relevantes se han visto en el mercado de modas.
La tendencia en este rubro no solo está definida en vender, sino por el contrario, se ha convertido en una herramienta de empoderamiento femenino, de lucha ecologista y soporte de múltiples valores.
Es por ello que, la moda ha pasado de ser aspiracional a ser inspiracional. En la actualidad no se busca un mundo de lujo un tanto “fake” o ser las más bellas y delgadas mujeres, sino que el objetivo es realizarse dentro de un mundo de belleza inclusiva como lo “ugly” o la “real beauty”.
Mireia González, Directora del Máster en Dirección y creación de marcas de Moda de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona ESdesing, expone los cinco hitos que marcaron la transformación en el área de la moda durante la última década.
ALEXANDER MCQUEEN Y JOHN GALLIANO
La década empezó con la muerte, en febrero del 2010, del mítico diseñador Alexander Mcqueen.
Su papel en la historia de la moda siempre estará ligado a lo extremo, lo teatral y lo evocador de un mundo fantasioso que habitaba en su cabeza.
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En su última colección Plato’s Atlantis recreó la más excelsa de sus colecciones, un mundo de criaturas más allá de lo humano, a medio camino entre el aire, la tierra y el mar, además introduce la entonces innovadora, estampación digital y retransmite su desfile en streaming, abrazando así la revolución digital.
Esta teatralidad la adquiere a imagen y semejanza de su admirado y también británico John Galliano, el cual llevaba desde 1997 llenando de exceso y fantasía la pasarela de Alta Costura de Dior.
En el 2011 después de una etapa de excesos personales fue despedido de la maison francesa.
Acabó por tanto una fase de la moda donde el glamour y el exceso de la pasarela servían para vender productos secundarios.
La moda era aspiración: nada era suficiente y nada era real o cotidiano, eso era vulgar y lo podía hacer cualquiera. Ellos eran unos genios, pero el mundo estaba cambiando y por ende las mujeres.
EL MINIMALISMO INTELECTUAL DE LA NUEVA MUJER
La mítica marca CÉLINE en la primavera/verano del 2010, alejó a la marca de los códigos de belleza “cosificadora” de la mujer, y creó un nuevo vestuario donde todo era confortable, poco sexy, pero a la vez sofisticado y muy conceptual.
Esta tendencia se convertiría muy pronto en una de las favoritas de la crítica y las ventas despegando rápidamente.
La década de los 10 será sin duda la vuelta al poder de la moda de las mujeres, tal como fue en la primera mitad del siglo XX liderados por Coco Chanel, y PHILO simbolizando ese nuevo empoderamiento, su moda no necesitaba provocar, sino que creaba belleza con sutileza, con materiales premium y con un uso del color insuperable.
NET A PORTER, INFLUENCERS Y REDES SOCIALES
En el 2010 se puso en marcha el primer ecommerce de lujo: Net-à -porter, la revolución digital llegaba a la moda desapareciendo para siempre las barreras físicas.
Fundada por una editora de moda llamada Natalie Massenet, la cual había trabajado entre otras para W magazine.
Massenet demostró que todo, incluso el lujo, se podía vender online y por tanto hizo llegar a los más recónditos lugares del planeta la más alta moda, hasta el momento reservada a las calles de las principales ciudades del mundo.
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Los blogs de finales de los 2000 fueron los opinadores digitales pioneros, el más famoso The Blond Salad, fundado en 2018, de la italiana, la influencer más importante del mundo.
Pronto serían desplazados por un nuevo formato ligado a las redes sociales, especialmente Instagram, lanzada en el 2010 y donde se crearon y difundieron a partir de entonces las tendencias en moda.
El poder de las redes sociales y sus influencers es tal que se cifran en un 15% el número de usuarios que consulta el ecommerce de las marcas después de ver un post. La publicidad convencional de las marcas nunca logró tal mito.
EL TRIUNFO DEL FEÍSMO
Aunque no inventaron el ugly o feísmo en la moda, ya que en los años 80 la japonesa Rei Kawacubo al frente de Comme des garçons implementa el anti-fashion para el mundo del high fashion, si lo elevan hasta convertirlo en el estilo dominante en la segunda mitad de la década.
Demna Gvasalia primero liderando su firma Vetements, y después volviendo a elevar a la marca Balenciaga, con unas propuestas basadas en lo que denomina “real beauty”, las ideas que él obtiene de la gente de la calle, en un ejercicio de libertad total, sin códigos encorsetados, las zapatillas de deporte triple S son su producto más vendido.
No hay, en esta filosofía, géneros definidos, todo se puede mezclar, y en lo audaz reside la belleza. La incorporación de la tecnología, la realidad virtual y el dominio de las redes hace el resto para que todo el mundo considere a Gvasalia uno de los “indispensables” de la década.
De una anti-belleza diferente surge Alessandro Michelle, que convierte a partir de 2015 a Gucci en una de las firmas más seguidas y deseadas.
Él representa el gusto millennial: excesivo, hiperdecorado y “random” (palabra de la década que deja al azar casi todo), todo se mezcla, todo se borda, todo es para todos, lo kitsch-cursi, de mal gusto- y lo grotesco como enemigo de lo aburrido. Nuevos productos del mundo sport que los eleva al lujo más excelso.
LA MODA COMO DEFENSORA DEL PLANETA Y DEL FEMINISMO
La moda ecológica no estaba en la agenda de la moda hasta la llegada de Stella McCartney. Aunque tiene su firma desde 2001, ha sido en la última década, donde junto con el grupo Kering, inició una cruzada contra el fast fashion y también contra el uso de pieles.
Esto propició que la mayor parte de las marcas sean hoy furry free (libre de piel).
McCartney, es una firma vegana e intenta usar fibras y tejidos reciclados, además de participar en proyectos de investigación como la Spyder silk donde se pretende crear seda a partir de telas de araña en el laboratorio, evitando el sufrimiento animal.
Asimismo, en el 2017 la industria audiovisual dijo basta al acoso sexual, una nueva revolución feminista, liderada por el movimiento #metoo. La calle se llenó de mensajes activistas y la moda no se quedó atrás.
Dior, una de las principales marcas de lujo del mundo, en ese año una mujer lo lideró: Maria Grazia Chiuri, la cual diseñó para su colección de debut una camiseta que hizo historia, con una frase sencilla extraída de una novela de la africana Chimamanda Ngozi Adichie: “We Should All Be Feminists” (todos deberíamos ser feministas).
Nunca una colección de Alta Costura presentó una camiseta y menos con un mensaje: la marca y el mundo estaba cambiando. Las mujeres Dior ya no aspiraban al glamour si no a formar parte de la realidad. También se inaugura un mercantilismo o utilización de las causas sociales.
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