De acuerdo al estudio 2012 China Luxury Market Study, elaborado por la consultora Bain & Co, los clientes chinos son los que más gastan en productos de lujo del mundo. Mientras el gasto en el propio país desciende, los consumidores chinos continúan incrementando el gasto fuera de China.
El documento señala a Estados Unidos como primer mercado de gasto en productos de lujo en 2012, con unas ventas equivalentes a 56.292 millones de euros. En segundo lugar, y sumando a las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao, se sitúa China, con una cifra de negocio de 21.632 millones de euros.
Aunque ocupa el segundo lugar, el crecimiento en China continental ha retrocedido desde el último trimestre de 2011, una tendencia que se ha acentuado desde octubre de 2012. El incremento de ventas en el país ha pasado de un 30% en 2011 a alrededor de un 7% en 2012.
La relojería y la joyería son las categorías que se han visto más afectadas por este decrecimiento, mientras que los productos de piel, la ropa de hombre, el calzado, la cosmética y la ropa de mujer son las que han resistido mejor al cambio de tendencia.
Este retroceso se debe, en gran parte, a que los consumidores chinos realizan más de la mitad de sus compras fuera del país. Europa se ha beneficiado gracias a la diferencia de precio entre los productos en China y fuera del país. Las categorías de artículos más adquiridas en el exterior, por una mayor diferencia de precio, son la relojería, la joyería y los productos de piel.
Adicionalmente a la moderación del consumo en el país, las principales marcas de lujo están empezando a moderar o, incluso, detener su expansión en China. Según el estudio de Bain & Co, todavía hay enseñas que abren puntos de venta, aunque la mayoría apuesta por renovar las tiendas que ya tiene o reorganizar su red de distribución en el país.
Sin embargo, la consultora prevé en términos globales que 2013 será mejor que 2012. El documento destaca un entorno de negocio complicado pero con muchas oportunidades. Además, Bain & Co sostiene que el retroceso en cuanto al consumo permitirá a las compañías reformular su estrategia en el mercado chino.