Las altas tasas de crecimiento han llevado a una expansión de la clase media, lo que es una oportunidad para los minoristas peruanos, sostiene el medio informativo chileno Diario Financiero.
Las tasas de crecimiento estelares de Perú en la última década han llevado a una rápida expansión de la clase media del país. La oportunidad creada por esto para los minoristas se refleja no sólo en la llegada de los productos más sofisticados y caros del extranjero, sino también en la inversión en establecimientos en todo el país.
Tradicionalmente, el sector de bienes de consumo en Perú se ha concentrado en Lima, la capital, donde vive casi uno de cada tres peruanos, siendo el centro económico y financiero indiscutible de Perú y, con la economía creciendo a un promedio del 7% anual desde 2005, con ello la principal ciudad peruana ha visto una proliferación de centros comerciales y tiendas de alto nivel.
Como resultado, un número creciente de limeños de clase media está cambiando sus compras de ropa lejos de los puntos de venta de textiles de bajo precio en el emporio comercial de “Gamarra”, hacia la creciente variedad de centros comerciales.
A finales de 2012 Lima contaba con 25 centros comerciales, algunos de los cuales se centraban exclusivamente en los compradores adinerados. En consecuencia, las regiones más ricas de Lima han atraído inversiones de una serie de empresas nacionales y extranjeras.
En los últimos meses, marcas de ropa como Gap (EEUU), Pili Carrera (España) y Anaya Colección (Dubai) han abierto sus primeras tiendas en la ciudad. Las empresas locales también están apuntando a personas con mayores ingresos.
Más allá de Lima
Este creciente interés es el resultado del aumento en los niveles de ingresos de los peruanos de clase media y de la cada vez mayor facilidad con la que acceden al crédito, una convergencia de factores que ha impulsado el consumo de productos más sofisticados.
Sin embargo, el Perú está ofreciendo más a los productores y minoristas de bienes de consumo que el dinamismo de la ciudad de Lima. De hecho, muchos de los recién llegados ya han expresado sus planes de llegar a los consumidores en otras partes del país.
Marco Aldany, una reconocida cadena de peluquerías, también espera abrir tienda en Cusco el próximo año, tras la inauguración de salones de belleza en Piura y Arequipa en 2013.
Los grupos chilenos Falabella y Ripley ya están bien establecidos en Perú, pero tienen planes de seguir creciendo. El flujo de empresas hacia el interior de Perú reunirá más impulso a medida que una serie de proyectos de centros comerciales en desarrollo a nivel nacional se completen.
A finales del año pasado, más de la mitad (301 de los 52 centros comerciales en Perú se encontraban en Lima, según la Asociación de Centro Comerciales del Perú (ACEP). Sin embargo, esto está cambiando a medida que proyectos de desarrollo se han extendido a los confines del país.
En octubre, un nuevo centro fue inaugurado por la cadena peruana MegaPlaza en Cañete, al sur de Lima. Otro centro comercial, de Real Plaza (otra cadena peruana), se abrirá en breve en Cajamarca, en la sierra norte.
En 2012 se abrieron nuevos centros comerciales en Arequipa, en el sur, y Chimbote, en el norte. Open Plaza (filial del grupo minorista chileno Falabella), afirma que su nuevo centro comercial en Pucallpa es el primero que se abre en la selva amazónica de Perú.
Fuerte potencial comercial
Los inversionistas creen que el mercado tiene un potencial significativo debido a que -pese a la reciente evolución- Perú todavía va a la zaga de otros países de América Latina en términos del número de centros comerciales. El país tenía 1,7 centros comerciales por millón de personas a finales de 2012, en comparación con 3,4 en Colombia, 3,5 en Chile y 5,2 en México.
Sin embargo, esta brecha se está acortando. La ACEP cree que habrá 137 centros comerciales en Perú en 2021 debido a los US$ 510 millones de inversión estimada anualmente, lo que se traduce en alrededor de cuatro centros comerciales por millón de personas.
El aumento de los niveles de ingreso y mayor acceso al crédito han impulsado el consumo de productos más sofisticados en Perú.