La idea es mejorar la rentabilidad y profundizar en un plan de crecimiento y sostenibilidad para lograr márgenes similares a los de la industria chilena. Los últimos años no han sido fáciles para La Polar desde la salida de Colombia y la renegociación de la deuda fueron temas complejos y afectaron, de paso, el negocio principal de la compañía, que es el sector retail, sin embargo la firma ya se encuentra en busca de la estrategia adecuada. Para lograr este crecimiento, la compañía no necesitaría recurrir a nueva deuda ni tampoco a un aumento de capital, como lo hizo hace un par de años, sino que confía en dos factores: primero, en los flujos que irá produciendo la misma operación y, en segundo lugar, en que ya no tendrán que destinar fondos del negocio para el área de retail. “Como hemos recibido nuevas fuentes de financiamiento para el retail, podemos prestar más a nuestros actuales clientes”, explicó Álvaro Araya, CFO del retailer chileno a Diario Financiero. En su nuevo plan estratégico al 2018, la idea es mejorar la rentabilidad, en especial entre 2015 y 2016, para después profundizar en un plan de crecimiento y sostenibilidad para lograr márgenes similares a los de la industria. Entre 2017 y 2018, el foco del retailer será mayor sustentabilidad y a partir de 2019, habría un balance entre crecimiento, sustentabilidad y rentabilidad. De acuerdo a estas iniciativas, La Polar no contempla la apertura de nuevas tiendas, sino que se buscará mantener las ventas por metro cuadrado en un rango similar al actual (7,1 UF/m2), optimizar los m2 en tiendas y potenciar la línea blanca, así como continuar con el cambio en el modelo de auto atención. Esto ya se ejecutó en nueve locales y se estima estará operativo en todos los locales en el tercer trimestre de este año. En lo operacional, también se buscará optimizar los procesos. Tenedores de tarjetas El plan que tiene la compañía es pasar de los 500 mil tenedores de tarjetas a 700 mil. Así, con una deuda promedio de $ 300 mil, por cada uno de ellos, se alcanza la cifra con la que quieren terminar 2017. Hoy los tenedores de tarjetas del retailer tienen una deuda promedio de $ 268 mil, una de las más bajas de la industria. En Falabella, ésta es de $ 547.394, en Ad Retail (matriz de ABCDin y Dijon) de $ 266 mil y en Hites de $ 286 mil por cliente. Por lo tanto, si La Polar amplía a $ 300 mil la deuda promedio de sus clientes, la compañía conseguiría llegar al stock de créditos de US$ 250 millones con el que busca cerrar este año. Además, esta estrategia les permitirá conseguir otra de las metas del retailer: que no se dispare el riesgo. “Nuestro principal objetivo es aumentar nuestra cartera de créditos, manteniendo nuestro nivel de riesgo”, dijo Araya a los inversionistas. El directivo también reconoció el crecimiento de uso de la tarjeta en las ventas de la compañía, “lo que es muy importante, porque significa que nuestras tiendas están funcionando”. De acuerdo con lo que señaló Álvaro Araya, La Polar debería aumentar su cartera de créditos en 2015, con lo que ayudará a potenciar el negocio. Los planes son terminar este año con unos $ 160.000 millones en la cartera de préstamos (cerca de US$ 250 millones), un crecimiento de casi 18% respecto de los $ 136.00 millones (US$ 215 millones) que componen el stock de préstamos de hoy, aunque de sólo 11% respecto del cierre de 2014. Pero esa es la meta en el corto plazo, porque en un horizonte de tres años el plan es llegar a $ 200 mil millones (US$ 315 millones) en su cartera de créditos.
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