Los desafíos operativos y la dura competencia de la venta al por menor en línea fueron dos de los principales retos que la industria minorista tuvo que enfrentar el 2020.
Los minoristas tuvieron que reimaginar sus estrategias de crecimiento, posicionamiento y formas de comunicación con los clientes en respuesta a las circunstancias dramáticamente cambiantes que se estaban viviendo.
EL AUGE DEL COMERCIO ELECTRÓNICO
Según la última investigación de la industria minorista de 2021 de Euromonitor, mientras que la adaptación a lo digital y el crecimiento real sin precedentes del 24% de las ventas de comercio electrónico a nivel mundial fue sin duda una de las historias más positivas en 2020, el aumento de la demanda de bienes vendidos en línea ha traído un conjunto de desafíos únicos con una enorme presión para la eficiencia de la micro y la satisfacción urbana.
Aunque el comercio minorista físico y en línea a menudo se ve como extremos opuestos del espectro, fue una combinación de venta al por menor tradicional y digital que ayudó a muchos operadores en línea a satisfacer la extraordinaria demanda de pedidos en línea.
El auge del comercio electrónico también ha magnificado el impacto de los costos de entrega hasta el resultado final, lo que ha llevado a las empresas a explorar nuevos métodos, desde robots de alta tecnología hasta opciones de recogida en la acera de baja tecnología.
Si bien las entregas autónomas ya habían progresado antes del brote de coronavirus (COVID-19), la crisis actual está alimentando un interés y un propósito cada vez mayores en el uso de la entrega autónoma en los mercados de comercio electrónico urbanos, no sólo como solución para las entregas de última milla, sino también como una medida de salud y seguridad.
Por ejemplo, en febrero de 2020, durante el brote de COVID-19 en China, JD.com, una importante empresa china de comercio electrónico, llevó a cabo su primera entrega autónoma de mercancías a un hospital.