La gestión de la presidenta Dina Boluarte atraviesa su momento más crítico, registrando una aprobación histórica de apenas el 3% a nivel nacional, mientras que el rechazo a su mandato escaló a un contundente 94%, según la última encuesta de Datum Internacional. Este escenario marca el nivel más bajo de apoyo popular desde que asumió el poder hace un año y 11 meses.
La aprobación de Boluarte ha experimentado una caída sostenida desde noviembre de 2023, cuando alcanzaba un 11%. Sin embargo, los últimos meses han sido especialmente desafiantes: en octubre de 2024, su respaldo se situaba en un 5%, pero noviembre trajo una nueva reducción. Según Urpi Torrado, gerente general de Datum, este resultado responde a una acumulación de factores que han erosionado la confianza ciudadana.
El impacto de la inseguridad creciente, la imposición de clases virtuales en condiciones de baja conectividad y la percepción de medidas controversiales como los tres días no laborables por la cumbre APEC han intensificado el rechazo hacia la mandataria. A nivel regional, el norte y Lima-Callao lideran el descontento con un 94% de desaprobación, seguidos por el centro y sur con un 93% y el oriente con un 90%.
Críticas hacia su gestión y entorno político
La figura de Boluarte no es la única cuestionada. El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, enfrenta una aprobación del 6% y un rechazo del 81%, reflejando una creciente insatisfacción con su desempeño desde que asumió el cargo. Asimismo, el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, también ha visto un deterioro en su respaldo, con una aprobación que cayó al 10% y un rechazo que alcanzó el 75%.
El creciente descontento se desarrolla en un contexto de problemas legales que afectan directamente a Boluarte. La presidenta es investigada por diversos casos, incluido el denominado “cofre presidencial”, donde se sospecha que un vehículo oficial fue utilizado para facilitar la fuga del prófugo Vladimir Cerrón. Además, enfrenta procesos por presuntos delitos de plagio, genocidio, homicidio calificado, lesiones graves y enriquecimiento ilícito, lo que ha deteriorado aún más su imagen pública.
Otro factor que ha influido en el incremento de la desaprobación es la creciente inseguridad ciudadana. El 80% de los encuestados expresó su desconfianza en los fiscales, mientras que el 77% mostró escepticismo hacia los jueces, atribuyéndoles la responsabilidad por la liberación de delincuentes. Este sentimiento de inseguridad ha generado un clima de frustración, exacerbado por las respuestas insuficientes del Ejecutivo y las fuerzas del orden.
Dina Boluarte, la peor gestión evaluada por Datum
Con estos resultados, la gestión de Dina Boluarte se posiciona como una de las más impopulares en la historia reciente de la política peruana. La mandataria y su equipo enfrentan una severa crisis de legitimidad, mientras los indicadores de rechazo continúan en aumento. Aunque Boluarte mantiene su intención de seguir implementando su estrategia de gobierno, los números muestran una desconexión cada vez más profunda entre el Ejecutivo y la ciudadanía.
En palabras de Torrado, el panorama para Boluarte y su gabinete es sombrío: “Esta es una señal de alerta máxima. Si bien la desaprobación ha venido creciendo paulatinamente, este nivel de rechazo revela una brecha crítica entre las decisiones políticas y las necesidades de la población”.
Con una aprobación tan baja y una crisis de confianza institucional generalizada, el reto para la presidenta y su gobierno parece ser monumental, especialmente de cara a los meses restantes de su mandato.