Si algo caracteriza a los italianos, es su acérrima pasión por su gastronomía, que defienden con capa y espada y más aún cuando extranjeros intentan replicar sus recetas. Esto explicaría la razón de la reciente salida de la cadena estadounidense Dominos’ Pizza de Italia.
En el país que dio vida a la pizza, los italianos prefieren más sus negocios locales y frescos que una marca industrializada. Ello no quiere decir que Domino’s sea mala, pero frente a la dura competencia nacional, la historia tiene un claro favorito. Aunque, cabe aclarar que en el ranking de pizzas a nivel global, Domino’s es la tercera mejor cadena, solo superada por Little Caesars y Pizza Hut, ambas también de Estados Unidos.
Caso muy contrario sucedió con Starbucks hace unos años, pues recién en 2018 la cadena hizo su arribo al país con forma de bota. Por si no lo sabían, el ‘café espresso’ es originario de este país.
Regresando con Domino’s, sus últimas tiendas de los 29 locales que quedaban el país cerraron luego de siete años de presencia. La cadena sacó grandes préstamos y planeaba abrir 880 locales, pero se enfrentó a una dura competición por parte de los restaurantes locales.
Es más, la propuesta y el valor diferencial con el que había llegado a Italia era su servicio de delivery, que, haciendo mención, es uno de los más rápidos del mundo. Sin embargo, todos sabemos lo que pasó en los últimos años: la pandemia. Bajo este contexto los negocios y empresarios italianos implementaron sus propios servicios de delivery, y otros utilizaron aplicativos, lo que elevó su preferencia frente a Domino’s.

Italia le dice ‘arrivederci’ a Domino’s Pizza
La cadena estadounidense desembarcó en Italia en 2015 con un acuerdo de franquicias con ePizza SpA. Otra de las propuestas diferenciadoras era la inclusión de ingredientes al estilo americano, incluidos el polémico uso de piña para la Hawaiana.
“Atribuimos el problema al aumento significativo del nivel de competencia en el mercado de entrega de comida, tanto con cadenas organizadas como con restaurantes individuales que entregan comida, al servicio y a la reapertura de restaurantes tras la pandemia y a los consumidores que salen a gastar”, dijo ePizza en un informe a los inversores que acompañaba a sus resultados del cuarto trimestre de 2021.
Además, según accedió Bloomberg a documentos de ePizza, la franquicia de Domino’s tenía una deuda de 10,6 millones de euros (unos 10,9 millones de dólares) a finales de 2020. En abril de este año, un tribunal de Milán concedió a la empresa protección judicial contra los acreedores durante 90 días. Esta medida, que impedía a los prestamistas exigir el pago de la deuda o embargar los activos de la empresa, expiró el pasado 1 de julio.
Aunque el sitio web italiano de la compañía permaneció activo, en el mapa internacional de Domino’s ya no aparecen los restaurantes que la cadena tenía en el país mediterráneo. De hecho, había suspendido los pedidos online desde el 29 de julio.
