La Corporación Franco, que opera los formatos Franco y Kosto en la Ciudad Blanca lo tiene claro y prepara una agresiva contraofensiva que lo llevará a invertir US$5 millones el próximo año para abrir dos supermercados de 2.000 m2 y remodelar dos de sus tiendas. También se dedicarán a desarrollar una financiera para lanzar una tarjeta de crédito propia.
Asimismo, devolverán el golpe este mes inaugurando tiendas de conveniencia de atención las 24 horas bajo la marca OI en Lima, en dos condominios de Asia y en un ‘strip center’ en Chorrillos. Su objetivo es abrir ocho locales adicionales de este formato en el 2011 y otro en el 2012, en Lima, Máncora, Tumbes y Cusco, con una inversión de US$250 mil cada una.
El que lidera el cambio en la firma familiar es Walter Franco, que después de estudiar en la Universidad de Lima y de trabajar en venta minorista en 3M y Backus, ahora regresó a Arequipa para ocupar la gerencia de Proyectos de la empresa.
AL GRANO
¿creen que ser arequipeños les da ventaja?
Mi abuelo abrió una bodega en los años 60, que después se convirtió en un supermercado en 1997 y ahora tenemos una cadena que los arequipeños sienten suya. Nuestra ventaja es que conocemos el público a fondo, sabemos cómo le gusta que lo traten, qué productos busca, qué queso y embutido regional le gusta. No necesitamos colocar sillar en la fachada, como hacen las nacionales, para atraer al público de Arequipa.
¿y cuál es la desventaja?
El 60% del abastecimiento viene de Lima y los proveedores no nos miran con los mismos ojos que a las cadenas nacionales. Si nosotros les pedimos que nos paguen por las cabeceras de las góndolas, que inviertan en publicidad en encartes o que lancen una promoción, aún nos miran con extrañeza.
Se rumoreó que wong los iba a comprar en el 2007.
Eso coincidió con su compra por Cencosud. Ahora nuestro objetivo es fortalecer las operaciones y volvernos más profesionales. Somos una empresa familiar, pero con miras a una profesionalización alta, porque si no, desaparecemos.